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Desde 1943, Afepadi (Asociación de las Empresas de Dietéticos y Complementos Alimenticios) agrupa y representa a las empresas que operan en el mercado español cuya actividad está directamente relacionada con los alimentos dietéticos y los complementos alimenticios, tanto en su faceta de fabricación como de distribución o de servicios relacionados. Se trata de la asociación más antigua y representativa del sector que proporciona el marco de actuación adecuado para la defensa de los intereses comunes de esta industria y para la promoción de sus productos.
Robert Sanahuja, presidente de AFEPADI
Los inicios de la Asociación en 1943 no fueron fáciles si tenemos en cuenta el momento tan convulso que se vivía a nivel social, político y económico. Los orígenes de AFEPADI se sitúan en un contexto de postguerra y de plena contienda bélica con la II Guerra Mundial. La profunda crisis a nivel económico, el régimen de autarquía que se vivía en España, el cierre de fronteras con el exterior y el racionamiento de alimentos de primera necesidad marcaron los primeros pasos de la Asociación.
El germen de lo que hoy es AFEPADI surgió a raíz de un grave problema de escasez de cereales, en concreto del trigo. A las malas cosechas motivadas por épocas de grandes sequías, se sumó la total intervención de la producción de trigo por parte del Estado a través del Servicio Nacional del Trigo, organismo que ejerció un férreo monopolio sobre el almacenamiento, la venta, fijación de los precios y las superficies a cultivar de este cereal.
A raíz de esta situación, diferentes empresarios procedentes de diferentes gremios (panadería, tiendas de dietética, reboticas, etc.) decidieron unirse en Barcelona para resolver los problemas de suministro de materia prima y hacer frente al intervencionismo estatal.
Actualmente, AFEPADI agrupa y representa a las empresas que operan en el mercado español que realizan una actividad directamente relacionada con los complementos alimenticios y los productos dietéticos, tanto es su faceta de fabricación como de distribución o servicios relacionados.
La utilidad principal de un complemento alimenticio es ayudar y contribuir a mantener una buena salud, siempre que se apueste por llevar un estilo de vida saludable basado en una alimentación sana y equilibrada y en la práctica de una actividad física regular.
Es importante remarcar que un complemento alimenticio nunca debe sustituir una dieta. De hecho, en circunstancias normales, una dieta equilibrada sería más que suficiente para que el organismo recibiera todos los nutrientes necesarios y en las cantidades adecuadas. Sin embargo, investigaciones científicas han puesto de manifiesto que esta situación ideal no siempre se da, sobre todo en colectivos concretos como embarazadas, veganos, deportistas que realizan una actividad física intensa o gente mayor con movilidad reducida, entre otros. Es ante estas circunstancias, cuando el consumo de complementos alimenticios puede ayudar a suplir las posibles carencias o déficits nutricionales. Ahora bien, su consumo siempre tiene que hacerse siguiendo las pautas del fabricante que quedan recogidas en la etiqueta del producto.
El etiquetado tiene la información necesaria para que una persona en condiciones normales de salud pueda incorporarlo en su dieta. Aunque, en caso de estar tomando algún tipo de medicamento, se aconseja consultarlo con el médico y también resulta útil pedir consejo profesional cuando la persona tiene una condición médica específica, está embarazada, en periodo de lactancia o es un niño.
Partiendo de que la innovación es uno de los motores y pilares fundamentales de la industria de los complementos alimenticios, las actuales líneas de investigación van encaminadas principalmente a satisfacer las demandas del mercado. En los últimos años, hemos comprobado que el consumidor, preocupado cada vez más por su salud y con una mayor capacidad de influencia, “exige” que los productos se ajusten específicamente a sus preferencias personales, estilos de vida y estado físico y no a la inversa. A todo esto, hay que añadir que también tienen cada vez más conocimientos sobre nutrición debido a un mayor acceso a la información.
Ante esta realidad se están ofreciendo nuevos productos innovadores acorde a estas necesidades bajo los parámetros de calidad, eficacia y seguridad que siempre deben acompañar a cualquier complemento alimenticio. El reciente Reglamento de Novel Foods es un ejemplo de la evolución de un sector que apuesta por ofrecer soluciones innovadoras y seguras a las demandas más exigentes.
El futuro, por tanto, es optimista. Además, el sector tiene ante sí importantes retos motivados por la propia evolución del mercado y de la población en su conjunto. El hecho de que, por ejemplo, las pirámides de población se empiecen a invertir prácticamente en toda Europa brinda al sector la oportunidad de atender a un interesante y creciente target, el formado por la población mayor de 55 años. Por otro lado, la evidencia científica empieza a dejar claro el importante papel que pueden tener los complementos alimenticios a la hora de reducir el gasto sanitario si se incorporaran a las políticas de prevención auspiciadas por las administraciones.
Lo que se busca principalmente es salvar el deficitario marco normativo sobre complementos alimenticios que se perpetúa desde hace años. Nuestra propuesta normativa es muy clara y va en la línea de crear una lista de ingredientes que puedan utilizarse en complementos alimenticios. Además, engloba otras cuestiones relacionadas con el etiquetado, la publicidad y la calidad del producto. Es momento de que, finalmente, todas las partes implicadas se pongan a trabajar en una norma que, por un lado, permita la continuidad y expansión de la industria y, por otro, siga velando al máximo por la protección y seguridad del consumidor.
Estamos ante un sector que se caracteriza por ser multicanal y, por este motivo, es muy difícil dar cifras de consumo real o aproximadas.
A nivel interno, desde la Asociación manejamos algunos datos que nos confirman que el volumen de facturación de las empresas ha crecido notablemente en los últimos años con una tendencia que se mantiene al alza. Aunque todavía no llegamos al nivel de maduración, crecimiento y expansión de otros países vecinos, la distancia con determinados Estados miembro es cada vez más corta. Las futuras mejoras que deben darse a nivel normativo ayudarán, sin duda, a situar a nuestra industria en el mismo nivel que otros países.
Los derechos básicos de cualquier consumidor quedan regulados a través de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. En su artículo 2 se cita textualmente que entre los derechos que le corresponde al consumidor está acceder a una información correcta sobre los diferentes productos o servicios y la educación y divulgación para facilitar el conocimiento sobre su adecuado uso, consumo y disfrute.
Además, a nivel legislativo también se estipulan los elementos que con carácter obligatorio siempre deben figurar en el etiquetado de los complementos alimenticios entre los que destacan, entre otros, el modo de empleo, la dosis de consumo diario recomendada por el fabricante o la información sobre la cantidad de nutrientes o sustancias con un efecto nutricional o fisiológico por dosis diaria de consumo.
Por último, a nivel de información voluntaria y publicidad, la industria de los complementos alimenticios también debe adaptarse al marco normativo que existe para ello. En resumen, el consumidor dispone, hoy en día, de suficiente información para garantizar, por un lado, su protección y, por otro, asegurar un consumo seguro y responsable de los complementos alimenticios.
AFEPADI tiene por delante importantes e interesantes retos a los que hacer frente. Uno de los más importantes es, sin duda, lograr un marco normativo a nivel nacional y también europeo acorde con las necesidades que tiene la industria y el consumidor. Desde sus inicios, la Asociación se ha convertido en un interlocutor válido del sector ante las administraciones y seguiremos siéndolo para garantizar el normal desarrollo de nuestra actividad empresarial.
Por otra parte, AFEPADI está en proceso de revisión, mejora y actualización de la “Guía de Buenas Prácticas de Fabricación y Distribución de Complementos Alimenticios” que, en su 5ª edición, tiene en cuenta la experiencia acumulada desde 2002, las tendencias legislativas y los trabajos que están desarrollando otras asociaciones europeas. Este trabajo se está realizando, en estos momentos, en colaboración con las comunidades autónomas y la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) de cara a inscribir esta guía en el Registro que mantiene la Comisión Europea.
En una segunda fase, el documento resultante podría servir de base para la elaboración de una norma cuyo seguimiento y cumplimiento pudiese ser certificable, de manera voluntaria.
Entre los retos también está seguir muy de cerca la evolución del consumidor para ofrecerle los mejores productos acorde a sus necesidades siempre asegurando la calidad, seguridad y eficacia del producto final.
