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La Dra. Elena Atienza, especialista en Endocrinología y Nutrición en Centro Médico Complutense (Grupo Virtus), ha elaborado un análisis de cómo el COVID-19 afecta a personas con diabetes y ofrece una serie de recomendaciones para pacientes de diabetes sin síntomas de coronavirus, con síntomas y aquellos que inician con algunos síntomas.
La infección por COVID-19 presenta síntomas como fiebre, tos, dificultad respiratoria, cansancio, dolores musculares y pérdida de olfato. Existe una parte de la población considerada de riesgo, aquí se encuentran personas con alguna patología previa, como diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedad pulmonar, inmunodepresión, o patología cardiovascular.
La diabetes es una patología de riesgo porque la resistencia periférica a la insulina y la posible obesidad asociada, generan un estado inflamatorio que hace que el sistema inmune pueda verse comprometido, lo que dificultaría la lucha contra el virus y conduciría a un periodo de recuperación más largo. Además, las fluctuaciones de glucosa en sangre y las posibles complicaciones de la diabetes, hacen más difícil el tratamiento de la infección.
Es fundamental mantener el mejor control metabólico posible y comer de forma saludable, de este modo estaremos mejor preparados ante un posible proceso infeccioso.Es muy importante extremar las precauciones destinadas a la población general, como lavarse bien las manos con agua y jabón regularmente, evitar tocarse la cara (ojos, nariz y boca), limpiar y desinfectar cualquier superficie que se toque con frecuencia, no compartir alimentos, vasos, toallas, pañuelos, etc., evitar el contacto con personas que padecen síntomas, quedarse en casa (en la medida de lo posible) y mantener la actividad física en el domicilio al menos tres horas semanales.
Es importante combinar ejercicios tipo aeróbico (caminar, bicicleta estática) con ejercicios de fuerza (pesas, goma elástica).
Si se presentan síntomas de infección respiratoria (fiebre, tos, dificultad para respirar o pitos), especialmente si se cree que haya podido haber exposición a COVID-19, llamar a los teléfonos habilitados y contactar con un profesional de la salud.
Es importante indicar al profesional el tratamiento completo que está tomando, para que puedan hacer cambios en la medicación si fuese necesario. El profesional indicará las pautas a seguir en cada caso. Si no se consigue contactar telefónicamente con los teléfonos habilitados, debe desplazarse a un centro sanitario si se presenta alguno de los siguientes casos:
Incluso cuando los niveles de azúcar en la sangre permanezcan en rango, es importante tomar los medicamentos habituales de la diabetes. Deben suspenderse los glucosúricos (canaglifozina, dapaglifozina o empaglifozina) hasta que se resuelva el cuadro infeccioso agudo.
El tratamiento con insulina nunca debe suspenderse, pero si se reduce la ingesta de alimentos por inapetencia, puede ser necesario reducir la dosis para reducir también el riesgo de hipoglucemias. Lo mismo ocurrirá con las sulfonilureas. El médico responsable indicará como ajustar la medicación en cada caso.
Si el tratamiento incluye autocontroles de glucemia capilar, se realizarán éstos al menos antes de desayuno, comida, cena y al acostarse. También se pueden hacer 2 horas tras las comidas para un mayor control.
Beber líquido extra (120 a 180 ml cada media hora para prevenir la deshidratación) y comer lo mejor posible para estar bien nutridos.
Controlar la temperatura dos veces al día. Si se presenta fiebre, se pueden tomar antitérmicos como el paracetamol.
El confinamiento domiciliario puede conllevar la reducción de la actividad física recomendada como parte del tratamiento de la diabetes, lo que ha generado inquietud en muchos pacientes.
Lo fundamental para las personas con diabetes es permanecer en sus domicilios y esto debe prevalecer sobre otras recomendaciones. Sin embargo, es necesario mantenerse activos, realizando dentro de lo posible ejercicio en el propio domicilio.
Se deberá evitar estar tumbado o sentado durante largos periodos de tiempo. Por ello, se recomienda levantarse al menos cada dos horas, estando de pie el máximo tiempo posible, preferentemente en movimiento, evitando siempre sensaciones de dolor o inestabilidad.
Se pueden realizar ejercicios musculares simples, utilizando el propio peso corporal o pequeños pesos (paquetes de alimentos o botellas de líquido, de diferentes pesos, adaptándose a la fuerza de cada persona).
También existen ejercicios respiratorios que podemos realizar para fortalecer la musculatura respiratoria y estimular la ventilación pulmonar. Por ejemplo, inspirar y espirar lenta y profundamente, soplar con fuerza, inflar globos o guantes de goma o empañar un espejo con la boca abierta. Se puede mantener la flexibilidad con ejercicios de estiramiento de entre 15-30 segundos.
Si existen dudas, puedes contactar con Grupo Virtus, en el teléfono 918 82 01 89