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Elena Toledano, nutricionista de Roots Mindfoodness.
La alimentación de los más pequeños de la casa es uno de los principales quebraderos de cabeza de padres y madres, cada niño es un mundo y de ahí la importancia de adaptar las dietas a las necesidades nutricionales en cada caso. Cuando nuestro bebé comienza la alimentación complementaria a los 6 meses, nos damos cuenta de que hay muchos alimentos que no pueden consumir, al menos, hasta pasados los 3 años. Por ello, desde Roots Mindfoodness te contamos cuáles son y por qué es mejor que los mantengas alejados de tu bebé:
• Espinacas, borrajas y acelgas: estas hortalizas contienen nitritos que pueden causar metahemoglobinemia en los bebés. Las algas tampoco son recomendables por su alto contenido en yodo.
• Café, té y zumos, aunque sean caseros: aunque es una de las bebidas más consumidas por los pequeños, los jugos no pueden tratarse como sustituto de la fruta natural, puesto que pierden toda la fibra en el proceso de elaboración y suponen un alto consumo de azúcares libres perjudiciales para el bebé. También debe evitarse las tortitas y bebida de arroz debido a su alto contenido en arsénico, aunque podemos darles otras bebidas vegetales como la de avena.
• Los mariscos y pescados de gran tamaño, como el atún o el emperador, se convierten en un peligro para los bebés. Su principal inconveniente es que contienen grandes cantidades de metilmercurio, un metal pesado que puede llegar a ser dañino para el sistema nervioso y el cerebro.
• Carne de caza. Este tipo de alimento contiene plomo, un componente que puede causar graves consecuencias en el desarrollo del bebé. Además, cualquier carne y pescado poco hecho, así como embutidos o vísceras también encabezan el listado de alimentos que debemos evitar a nuestros bebés.
• Condimentos como azúcar, sal, edulcorantes o cualquier endulzante, son ingredientes que suponen un riesgo para su salud, como el posible botulismo por el consumo de miel. Además, nos impiden educar su paladar, porque si se acostumbran a esos sabores tan dulces luego rechazarán alimentos saludables como las verduras.
Aunque muchos alimentos son saludables por su composición, es importante tener en cuenta que su formato y textura exigen alejarlos del bebé. Esto ocurre con aquellos alimentos pequeños y redondos, ya que tienen un alto riesgo de atragantamiento debido a su forma y textura.
Algunos ejemplos son los tomates cherry, las uvas, los frutos secos o cualquier otro elemento de este tamaño. Lo mismo ocurre con los ultraprocesados como caramelos, galletas o incluso patatas fritas, que pueden suponer un riesgo de atragantamiento, por ello es mejor evitarlos, además de ser insanos. Por otro lado, la fruta deshidrata entera, como pasas u orejones, o bien, las verduras crudas, como las zanahorias, podemos cocinarlo al vapor o incluso triturarlo para introducirlo en papillas.
Por último, los frutos secos y semillas enteras son una opción muy buena para introducir grasas saludables y omega 3, pero con el fin de evitar cualquier peligro es recomendable prepararlas en cremas como el tahini, una modalidad que actualmente se encuentra en auge entre los menús infantiles.