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Todos los profesionales médicos, independientemente de su especialidad, coinciden en señalar que la nutrición es uno de los pilares básicos de la salud física y del bienestar emocional. Y si bien es cierto que a casi nadie le cabe ninguna duda acerca de lo primero, también lo es que son mayoría los que desconocen lo segundo.
En las siguientes líneas explicaremos cuáles son los beneficios directos e indirectos de la nutrición saludable en ambas facetas de la salud y cómo las dietas personalizadas son la mejor opción para disfrutar de una vida lo más plena posible.
Cada persona es única, tanto a nivel físico como a nivel emocional, y eso implica que las necesidades nutricionales de cada individuo también son únicas. Frente a los cajones de sastre de las dietas estándar, donde todo cabe y todo vale, la nutrición personalizada se basa en la idea de que, cuando se trata de alimentación, no existe una talla única ni un patrón común que sirva para todos los casos.
Es decir, el pilar conceptual de la nutrición personalizada es que cada persona tiene diferentes requerimientos nutricionales según su edad, género, nivel de actividad física, estado de salud y otros factores individuales.
Los expertos en dietas personalizadas evalúan y consideran esas diferencias, prescribiendo dietas a base de comida saludable que pueden ser radicalmente diferentes, según la casuística particular de cada persona.
En adición, la nutrición personalizada no solo se enfoca en la pérdida de peso, el desarrollo muscular o en la prevención de enfermedades, sino que también concede gran importancia al bienestar integral del individuo.
Y para lograr ese bienestar integral es imprescindible disponer de bienestar emocional, algo que es casi imposible de conseguir cuando una persona está sometida a una dieta que le impone todo tipo de privaciones.
Más allá de los beneficios generales derivados de la pérdida de peso, mediante un programa personalizado de nutrición es posible conseguir:
Abordamos ahora un aspecto bastante menos conocido a nivel de público: la estrecha relación entre el tipo de nutrición y el bienestar emocional.
Es un hecho que las personas que se someten por su cuenta y riesgo a estrictos regímenes dietéticos suelen padecer trastornos de nerviosismo, estrés, ansiedad, irritación, falta de concentración, apatía e incluso insomnio. Esto se debe a factores como la sensación de sacrificio, un aporte calórico extremadamente bajo o la deficiencia de ciertos nutrientes y micronutrientes.
Y es que lo que comemos afecta directamente a nuestro cerebro y a nuestro sistema nervioso. A modo de ejemplo, el triptófano, una sustancia presente en algunos alimentos, es esencial para la síntesis de serotonina, un neurotransmisor que está directamente relacionado con la sensación de calma y bienestar.
Eso no sucede solo con el triptófano, sino con una enorme cantidad de micronutrientes, entre los que podemos mencionar los ácidos grasos omega-3, el ácido fólico, la vitamina D, el magnesio o las vitaminas del grupo B: todos ellos influyen en la síntesis de neurotransmisores implicados en cientos de funciones cerebrales y nerviosas.
En definitiva, muchos desequilibrios psicológicos y emocionales tienen su origen en un déficit de nutrientes. De ahí los síntomas comunes de malestar psíquico y emocional que sufren las personas que se someten a dietas excesivamente exigentes.
El primer paso es que te pongas en manos de un profesional de la nutrición que acredite su condición mediante un título universitario de grado. Solo este tipo de dietistas disponen de los conocimientos necesarios para evaluar tu situación personal y prescribirte una dieta personalizada que te permita alcanzar tus objetivos de vida saludable.
No debes preocuparte de nada más: el nutricionista se encargará de conocer y evaluar todos los factores que influyen en tu caso particular.
Cuando comiences con tu plan de nutrición personalizado, te sorprenderá la ausencia de los tradicionales episodios adversos de las dietas: no tendrás ataques de hambre ni sensación de debilidad permanente. Tampoco sentirás apatía, irritación ni nerviosismo. Todos esos síntomas no se presentan cuando la dieta es equilibrada.
Y no transcurrirá mucho tiempo antes de que notes que, en todos los sentidos, te encuentras mejor que antes de comenzar con tu programa de nutrición.
En definitiva, la nutrición personalizada es una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida. Alimentarte de manera 100% adaptada a tus particularidades es una vía para alcanzar el bienestar integral, algo que resulta imprescindible para disfrutar de la vida en plenitud.
Conque si ese es uno de tus objetivos vitales, las profesionales tituladas de Corporis Sanum te lo ponemos muy fácil: pon tu caso en nuestras manos y prueba nuestras dietas por nutricionistas online, específicamente diseñadas para ti.
Disponemos de todas las herramientas para evaluar tu caso particular a distancia y diseñarte un programa de nutrición personalizado que te permitirá disfrutar de bienestar físico y alcanzar el equilibrio emocional.