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Marisco, carnes rojas, vino tinto, chocolate, frutos secos… Estos alimentos tienen un denominador común: todos ellos cuentan entre sus "ingredientes" con el cobre, un micronutriente esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo, asegura el Instituto Europeo del Cobre (European Copper Institute - ECI), que aúna a las principales compañías mineras del mundo, las empresas fundidoras y semitransformadoras y la industria europea del cobre.
Entre los mariscos, que son una de las principales fuentes de cobre, destacan principalmente por su concentración de este nutriente las ostras, los calamares, la langosta, el pulpo o los cangrejos. Otros alimentos ricos en cobre cuyo consumo también es habitual en estas fechas son las carnes rojas, las verduras, los frutos secos, el chocolate negro y las frutas deshidratadas (ej. ciruelas, pasas, orejones, higos...). Asimismo, el vino tinto, cuyo consumo también se incrementa en estos días señalados para brindar por los buenos deseos y propósitos de Año Nuevo, es otra fuente natural de cobre.
Una ingesta adecuada de cobre es esencial para el correcto funcionamiento de órganos vitales, como el corazón o el cerebro, y para varios de los principales sistemas de nuestro organismo, como pueden ser los sistemas inmunitario, circulatorio, óseo y nervioso. Entre los beneficios de incluir una ingesta diaria de cobre, dentro de una dieta sana y equilibrada, se encuentra la prevención de enfermedades como la anemia, la hipertensión, la osteoporosis o los niveles altos de colesterol, añaden desde el Instituto Europeo del Cobre.
La Organización Mundial de la Salud señala que una dieta equilibrada debe incluir como mínimo 1 miligramo de cobre al día para evitar cualquier problema de salud asociado a una deficiencia de cobre. De igual manera, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), recomienda una ingesta diaria de 1,3 miligramos de cobre para los adultos y de 1,5 miligramos para las mujeres embarazadas o en lactancia.