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El Dr. Román Turró, coordinador de la Unidad de Endoscopia Bariátrica Centro Médico Teknon, explica en este artículo cómo y por qué las técnicas de endoscopia bariátrica están ganando cada vez más terreno en el campo del tratamiento de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 o la hipertensión.
La cirugía metabólica se está considerando cada vez más como una opción eficaz y válida para el tratamiento de enfermedades como la diabetes tipo 2. De este modo las diferentes sociedades médicas nacionales e internacionales como SECO (Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad), IFSO (Federación Internacional de Cirugía de la Obesidad) o ASMBS (Asociación Americana de Cirugía de la Obesidad y Metábolica) entre otras, recogen bajo el concepto de cirugía metabólica aquellos supuestos en los que una persona con diabetes tipo 2 puede ser candidata a una técnica de cirugía de la obesidad para conseguir un mejor control de la enfermedad (diabetes).
Así, si hace unos años el uso de técnicas de cirugía de la obesidad para el tratamiento de enfermedades como la diabetes tipo 2 se limitaba a pacientes con obesidad grave y diabetes tipo 2, cada vez se han ido ampliando más los IMC menores, hasta el punto de que en la actualidad las indicaciones son para pacientes con Diabetes tipo 2 e IMC 30-35 kg/m2 y que muestren un deterioro progresivo del control glucémico (HbA1c > 7,5 %) con el tratamiento convencional y de forma especial si además se presentan otras comorbilidades mayores no controladas (dislipemia, aterogénica, HTA, apneas del sueño).
¿Cuál es el siguiente paso de esta evolución en tratamientos que permitan un enfoque global del paciente tratando no sólo un problema de sobrepeso sino también otras muchas enfermedades asociadas a la obesidad?
A excepción del tratamiento del sobrepeso y la obesidad con el Balón Intragástrico que en nuestro caso llevamos realizando desde hace más de veinte años, el resto de técnicas de endoscopia bariátrica (tratamiento de la obesidad mediante técnicas endoscópicas sin cirugía) tienen un recorrido relativamente corto (en comparación con las técnicas de cirugía de la obesidad) que no ha permitido, hasta ahora, la ampliación de sus indicaciones más allá de como tratamiento primario del sobrepeso y la obesidad.
Sin embargo, la realidad es que cualquiera de las técnicas endoscópicas que han ido surgiendo en los últimos años, pero en especial el método POSE, tienen un efecto directo en el tratamiento de enfermedades asociadas a la obesidad como la diabetes tipo2 y la hipertensión.
Se ha demostrado que con la pérdida de peso conseguida con técnicas como el Método POSE se mejoran, o por lo menos se normalizan, los niveles de glucemia e hipertensión.
No debemos olvidar que sobrepeso y diabetes tipo 2 e hipertensión son enfermedades que están directamente relacionadas. Se considera que cerca del 80% de personas con sobrepeso desarrollaran diabetes tipo 2 a lo largo de su vida, por lo que la relación entre estas dos afecciones es muy estrecha.
Tras tratar con más de 200 pacientes y presentar el primer estudio a nivel mundial con los resultados y efectos del método POSE, los doctores Jorge C. Espinós , Jesús Turró y Román Turró, han determinado que el nivel de glucosa, dos meses después de la operación con el método POSE, disminuye en aproximadamente un 20%, con lo que se demuestra que el tratamiento mejora, de forma indirecta, enfermedades como la diabetes tipo 2 o la hipertensión propiciando un tener un mejor control de esta enfermedades y una significativa reducción en la toma de medicamentos para tratarlas.
En la actualidad, el enfoque de cómo las técnicas endoscópicas (Balón Intragástrico, Método POSE, Método Aspire, etc..) pueden ser una opción para el tratamiento de indicadores metabólicos (diabetes tipo 2, hipertensión, colesterol, …) es cada vez más amplio e incluye cada vez más evidencia científica que determina la eficacia de estas técnicas en el tratamiento de estas enfermedades.
Además existen más motivos por los que la endoscopia metabólica se convierte en una opción para el tratamiento de estas enfermedades dado que su bajo riesgo y la temporalidad de algunas de estas técnicas (como el balón intragástrico) hacen que puedan ampliarse su indicación de forma generalizada a pacientes con diabetes mellitus tipo 2 cuyo índice de masa corporal sea inferior a 30.