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Las aflatoxinas en los alimentos, incluyendo la leche, pueden dañar seriamente a los seres humanos, los animales y la reputación corporativa. Un método para la detección de aflatoxinas es emplear máquinas clasificadoras basadas en sensores producidas por Tomra, pionero mundial en tecnología basada en sensores que asegura la inocuidad de los alimentos.
Las máquinas de Tomra emplean varios tipos de sensores. En primer lugar, los sensores NIR (Near Infra-Red), que son extremadamente rápidos y fiables y detectan el espectro infrarrojo específico de varios objetos con una resolución óptica muy alta. También utilizan iluminación fluorescente y láseres de última generación para analizar la estructura de la superficie y la composición elemental de los objetos que pasan a lo largo de una línea de producción de alimentos. El diseño óptico especial del láser Detox de Tomra identifica la intensidad extremadamente baja de la luz reflejada por el hongo de las aflatoxinas en una variedad de alimentos. Esto permite la detección de la contaminación por aflatoxinas.
Además de avance, las máquinas clasificadoras Tomra también emplean una tecnología de identificación de firma biométrica (BSI, biometric signature identification). La tecnología BSI detecta las características biométricas de los alimentos que escanea -por ejemplo, nueces y pasas- y los compara con las características almacenadas en la base de datos de la máquina para determinar si los artículos deben ser aceptados o rechazados. BSI ofrece mejores resultados que la tecnología espectral convencional, aseguran desde la compañía, ya que puede detectar y eliminar defectos de menor tamaño. La precisión de detección es tan buena que las tasas de rechazo falso son excepcionalmente bajas y el rendimiento es realmente alto.
Las aflatoxinas son un problema que se encuentra con mayor frecuencia en plantas cultivadas o alimentos almacenados en zonas de Asia, África y los Estados Unidos. Esto se debe a que las toxinas se originan en dos especies de hongos que favorecen los climas cálidos y húmedos. Sin embargo, en febrero de 2018, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) informó que también existe una creciente alarma por "los elevados niveles de aflatoxinas observados por algunos productos alimenticios originarios de países europeos". Pronto la EFSA realizará su primera evaluación de riesgos completa de aflatoxinas en más de una década.