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El V Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias pone la alarma sobre la cantidad de comida que se da a los niños en sus menús diarios. Según su estudio, el 24% de las familias reconoce que les da la misma cantidad que a un adulto, lo que puede tener incidencia en el índice de sobrepeso de los menores.
Nestlé ha preguntado a los padres españoles cuánto comen sus hijos. Su análisis revela que solo el 44% de las familias españolas adapta las raciones de comida a la edad de los menores.
Un hecho sobre el que ponen la atención los expertos, para quienes "la clave de una buena alimentación está en mantener el equilibrio de las proporciones de cada grupo de alimentos y en el tamaño de las raciones. Los niños requieren un mayor aporte de energía y alimentos más nutritivos que un adulto porque realizan una intensa actividad física y debido al crecimiento característico de la etapa infantil, que es lento pero continuado. De ahí que las raciones tengan que adaptarse a la edad del niño", explica Laura González, responsable de Nutrición de Nestlé España.
Por ejemplo, en una familia con dos niños, uno de 4 años y otro de 8 años, la ración debe ser la adecuada para cada edad. En el caso de las carnes y pescados es aconsejable tomar como referencia el tamaño de la mano del niño. Así, un niño de 5 años debería de consumir un trozo de merluza equivalente a lo que ocupa la palma de su mano y de no más de un centímetro y medio de grosor.
En opinión de la especialista, "las medidas caseras o gramos pueden ser poco prácticas para medir las raciones con las prisas del día a día pero, al utilizar la palma de la mano del niño, los padres sabrán fácilmente cuánta verdura, carne, fruta o tubérculos debe comer el pequeño en la comida o en la cena. Este tipo de consejos son los que necesitan las familias y los que incluye el Método Nutriplato que hemos desarrollado con el Hospital Sant Joan de Déu. Un método que, de forma ágil y sencilla, orienta a los padres sobre qué grupos de alimentos deben estar presentes en las comidas principales y cuál es la ración adecuada", remarca González.
Los representantes de Nestlé afirman: en los hogares en los que se planifica el menú, se come mejor. Según su estudio, solo el 14% del total de familias encuestadas planea previamente qué va a comer y a cenar, porcentaje que aumenta al 32% en el caso de las que dicen comer saludablemente.
Estas últimas son, además, las que tienen más en cuenta el menú escolar a la hora de preparar la cena. El 31% de ellas se fija en lo que han comido sus hijos al mediodía en el colegio para decidir cuál es la cena óptima; algo que solo hace el 18% de los hogares españoles.
Por otro lado, los resultados muestran una relación entre los buenos hábitos y la implicación de los hijos en la cocina. El 52% de los niños de entre 4 y 12 años ayuda a sus padres a preparar la comida y la cena en casa. Sin embargo, entre los niños que presentan exceso de peso, solo un 46% participa en la elaboración de los platos.
recisamente los que presentan sobrepeso son también los que menos se implican en la compra de la semana. El 55% de estos colabora para llenar la cesta compra de la semana; un porcentaje que llega al 60% entre el total de niños de la muestra.
"Cuando los niños se implican conseguimos diversos beneficios, ya que se estimula la curiosidad al conocer nuevos alimentos, experimentar con los sentidos y se despierta su interés por los platos en los que han participado, de forma que los hacen más apetecibles y se crean hábitos saludables de alimentación a la vez que disfrutan participando en familia y aprendiendo con sus padres", apunta el doctor Rafael Casas, psiquiatra y experto en promoción de hábitos de salud y en obesidad infantil.