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La nueva Guía de la Alimentación Saludable elaborada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), en colaboración con las sociedades científicas referentes en atención primaria (SEMG, SEMERGEN, SEPEAP Y semFYC), pretende acercar a los profesionales de la salud, y al público en general, las cualidades y beneficios de una alimentación y hábitos saludables. Todo con el repeto máximo a los usos y costumbres tradicionales
Se trata de un documento técnico trasladado a la atención primaria como instrumento de apoyo para el profesional a la hora de dar consejos dietéticos, con la idea de que la alimentación también pueda ser terapéutica en la prevención o seguimiento de algunas enfermedades. La guía está realizada para apoyar la educación nutricional que realizan los diferentes profesionales de la salud. Al mismo tiempo, pretende ayudar a la población a organizarse mejor en el proceso de su alimentación. La guía, editada por Planeta, se pondrá a la venta en librerías a mediados de diciembre y los beneficios irán destinados a la ONG Nutrición sin Fronteras.
La presentación de la guía ha tenido lugar en Madrid, en la sede de la Real Academia Nacional de Medicina, de la mano de Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco y coordinador de esta guía, como un documento práctico y ameno diseñado para promover una mejora progresiva en el patrón alimentario de la población sana y también para ayudar en la gestión terapéutica de las personas enfermas o con factores de riesgo.
El documento aborda desde temas cotidianos y de utilidad para todos como es la elección responsable y sostenible de los alimentos, su compra, preparación, cocinado y conservación. Además, contiene elementos fundamentales como la alimentación durante el embarazo y lactancia, así como en la etapa infantil, juvenil y del adulto mayor o la seguridad alimentaria, la interpretación del etiquetado nutricional y la sostenibilidad. Incluye, además, aspectos fundamentales como la actividad física como fuente casi gratuita de salud: 10.000 pasos al día como objetivo general en cualquier grupo de edad.
Todos ellos son contenidos técnicos basados en la evidencia científica y, a la vez, de lectura accesible, desarrollados y evaluados por profesionales de la nutrición y la salud.
De manera específica, esta Guía incorpora un apartado dedicado a las recomendaciones nutricionales que pudieran sugerirse en formato general o individualizado en las patologías más frecuentes en las consultas de Atención Primaria. También contiene un anexo sobre interacciones entre fármacos y nutrientes que siempre hay que tener en cuenta y de manera especial en pacientes crónicos. De esta forma, promueve la alimentación como un elemento clave en la prescripción médica y en el consejo dietético formulado por los profesionales de la salud (farmacéuticos de farmacia comunitaria, enfermería, fisioterapeutas, matronas, médicos de Atención Primaria, médicos especialistas y dietistas-nutricionistas).
“La Guía no pretende poner a la población a dieta ni plantear utopías o imposibles alimentarios. La alimentación tiene siempre un componente gastronómico, cultural, convivencial y lúdico. Pensemos en mejoras compartidas y agradables. Nada en contra de la población y sí en armonía con los usos y costumbres de nuestro modelo mediterráneo tradicional”, explicaba Javier Aranceta.
Con el consenso de cerca de 100 profesionales de la nutrición y la salud se ha elaborado la Pirámide de la Alimentación Saludable incluida dentro de la Guía. Esta pirámide es un icono de las recomendaciones de alimentación y estilos de vida y un referente didáctico tanto a nivel nacional como internacional.
Este sistema alimentario recomienda realizar cinco comidas al día y, dentro de este marco, hay alimentos que deben y/o pueden consumirse diariamente, al estar incluidos en la base inferior de la pirámide (cereales integrales, verduras, hortalizas, frutas, lácteos y aceite de oliva virgen extra junto con el complemento intercalado de patatas y leguminosas tiernas). Por otro lado, se aconseja que otros alimentos (o sus equivalentes nutricionales) sean consumidos varias veces por semana, como los pescados y mariscos, carnes blancas, huevos, legumbres y frutos secos.
En cuanto a las bebidas, la guía indica el interés de mantener un correcto estado de hidratación. Valora que el consumo moderado de bebidas fermentadas de baja graduación alcohólica, como el vino o la cerveza, en el marco de la Dieta Mediterránea, es una posibilidad opcional, moderada y responsable, solo en adultos, en un modelo compatible con un estilo de vida mediterráneo, siempre y cuando su consumo no sobrepase las 2 unidades (1 unidad =1 copa de vino o 1 botellín de cerveza) al día en varones adultos y algo menos (1-1,5 unidades) en mujeres adultas (salvo prescripción facultativa en contrario).
Además, en la base de la Pirámide, como elementos imprescindibles para mantener un estilo de vida saludable, se contempla la necesidad de practicar a diario ejercicio o actividad física moderada y gratificante, utilizar técnicas culinarias saludables, ajustar la ingesta de alimentos y bebidas de acuerdo con el nivel de salud y el grado de actividad física habitual con el objetivo de mantener un peso corporal saludable y como último punto, conseguir una actitud proactiva permanente hacía el equilibrio emocional.