Empresas Premium
“Existen estudios científicos específicos que demuestran que NutriScore es el logotipo más útil para los consumidores españoles (en comparación con otros logotipos del mercado) para ayudar a clasificar de forma correcta la calidad nutricional de las distintas categorías de alimentos”.
Esta es una de las principales conclusiones de la jornada internacional que se ha celebrado en Barcelona el pasado día 24 de enero y donde se analizaron las bases científicas de este sistema de etiquetado, adoptado por las autoridades de España, Francia y Bélgica, y que muestran su eficacia y superioridad en comparación a otros logotipos nutricionales existentes.
La elaboración del NutriScore y su validación han sido llevadas a cabo por un equipo académico de investigación en nutrición independiente, dirigida por investigadores del sector público sin vínculos de interés con la industria y gracias a estudios financiados exclusivamente con fondos públicos.
Está aceptado que ningún logotipo nutricional puede cubrir, por sí solo, todas las dimensiones de salud de los alimentos envasados. NutriScore, como el resto de logotipos nutricionales, no integra información sobre los aditivos ni la noción de ultra transformación. Pero sí, en cambio, advierte de los elementos más importantes que permiten orientar a los consumidores hacia alimentos de mejor calidad nutricional, que reportan beneficios para la salud. A juicio de los especialistas, “su implementación debe acompañarse de otros mensajes de salud pública, priorizando siempre alimentos naturales y/o con poca transformación (frutas frescas, frutos secos hortalizas, legumbres, cereales integrales, lácteos no azucarados, carnes, pescados, huevos, etc.), estacionales y de proximidad, priorizando sistemas de producción sostenibles y que garanticen mayor respeto por el medio ambiente y la vida animal".
NutriScore permite comparar la calidad nutricional de los alimentos envasados pertenecientes a familias diferentes, pero cuando su comparación es pertinente respecto a su ocasión de consumo. Por ejemplo, permite comparar diferentes familias de alimentos que pueden incorporarse en el postre de una comida, cuando no se prioriza la fruta fresca (yogures, postres lácteos, arroz con leche, pasteles), bebidas (agua, sodas, zumos de frutas, té frio…), plato principal de un almuerzo (platos preparados industriales a base de carnes, pescado, charcutería, verduras, sopas, …), o ingeridos en el desayuno (cereales, galletas, bollería industrial panes industriales, etc.).