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El Grupo de Inmunonutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha presentado las últimas evidencias científicas sobre la influencia del consumo moderado de cerveza en la microbiota intestinal en la 6th International Conference on Food Digestion, que se celebró en Granada del 2 al 4 de marzo.
El estudio “Efectos del consumo de alcohol sobre la microbiota intestinal de adultos sanos”, trata de analizar si el consumo de bebidas con contenido alcohólico (fermentadas como la cerveza y vino, y licores) considerando cantidad y frecuencia, podría tener efectos en la composición de la microbiota intestinal en este grupo poblacional.
Se denomina microbiota intestinal a la comunidad de microorganismos vivos que alberga el tubo digestivo humano. Entre sus muchas funciones destaca la protección del sistema inmune ejerciendo de efecto barrera, ya que ayuda a combatir las agresiones de otros microorganismos manteniendo la integridad de la mucosa intestinal. Además, ayuda en la digestión de ciertos alimentos que el estómago y el intestino delgado no son capaces de hacerlo y contribuye a la producción de las vitaminas B y K. “Una microbiota intestinal saludable y equilibrada es fundamental para asegurar una función digestiva adecuada”, indica Ascensión Marcos, directora del estudio.
Los resultados mostraron que “la moderación en la ingesta de las bebidas fermentadas podría implicar una mayor diversidad bacteriana, lo que está relacionado con una mejor salud intestinal y en consecuencia metabólica”. Por otro lado, “en individuos mayores de 65 años se ha visto que el consumo moderado de bebidas fermentadas, como el vino y la cerveza, podría presentar una mejor situación metabólica que podría estar relacionada con un menor riesgo cardiovascular”, añade Marcos. Se entiende por consumo moderado la ingesta de 1 o 2 cañas al día para las mujeres, y de 2 y 3 para los hombres.