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El proyecto ProALT en el que trabaja Ainia, investiga fuentes alternativas de proteínas naturales que permitan desarrollar nuevos ingredientes y alimentos, como un pan sin gluten o carne vegetal. La demanda de estas responde a criterios de sostenibilidad, a la preferencia de los consumidores por alimentos más naturales y saludables.
La empresa está trabajando en la transformación y adecuación de nuevas fuentes de proteínas (cáñamo, wakame y lemna) de las que han elaborado un pan sin gluten y carne vegetal. En el desarrollo de dichos productos, se ha conseguido mejorar su aporte proteico y otros nutrientes como la fibra dietética.
Como alternativa a la proteína de origen animal, está trabajando con nuevas fuentes de proteínas de origen vegetal como las semillas de cáñamo. Su digestibilidad se considera comparable o superior a algunos granos, nueces y leguminosas.
Las algas marinas, como el wakame, son muy utilizadas en países asiáticos con fines alimenticios. Son de fácil cultivo, rápido crecimiento y ofrecen la posibilidad de modificar la producción de algunos de sus compuestos bioactivos, mediante el control de las condiciones de cultivo.
Además, la lenteja de agua, también llamada lemna, puede cultivarse mediante sistemas de alta productividad y es fácil de cosechar. Por su composición, contiene un porcentaje elevado de proteína (20%-35%), almidón (4%-10%) y lípidos (4%-7% de lípidos) y es por tanto, una buena alternativa.
Para Beatriz Pérez, técnico del departamento de nuevos productos y procesos de Ainia: “el incremento poblacional y las demandas del consumidor actual, plantean la necesidad de asegurar la sostenibilidad en la gestión de proteínas mediante procesos más eficientes y la utilización de nuevas fuentes proteicas para el desarrollo de una economía más competitiva, sostenible e integradora”.