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Gebro Health Talks, una iniciativa de Laboratorios Gebro Pharma para compartir conocimiento y conversar con la comunidad científica, organizó el 25 de noviembre una sesión formativa sobre la vitamina D en la que la doctora Pilar Riobó, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, explicó la importancia de tener unos niveles adecuados de vitamina D para mantener el calcio y fósforo en sangre necesarios para la normal mineralización ósea, la contracción muscular, la conducción nerviosa y el correcto funcionamiento de numerosos procesos celulares y metabólicos.
España es uno de los países europeos donde se disfruta de más horas de sol al día. No obstante, recientes estudios médicos revelan que más del 40% de los españoles menores de 65 años y más del 80% de la población sénior sufren déficit de vitamina D. Un porcentaje muy elevado que incluso puede verse más agravado en los meses de inverno, donde disfrutamos de menos horas de sol: la luz solar es la principal fuente de vitamina D (90 %), seguida por algunos alimentos básicos y suplementos (10 %).
Especialmente en esta época del año, la alimentación juega un papel fundamental a la hora de mantener unos niveles óptimos de Vitamina D. Hay diversos alimentos básicos que son fuente natural de este nutriente, que se recomiendan introducir en una dieta saludable y equilibrada: diversos pescados, como el salmón -que es el que aporta mayor vitamina D, principalmente salvaje-, el atún, la caballa y la sardina. También los moluscos, crustáceos y derivados y el aceite de hígado de bacalao. Por otro lado, otros alimentos que también aportan este nutriente de forma natural son la yema del huevo, la mantequilla, el hígado y las setas.
Además, también existen otros alimentos básicos que están enriquecidos por la industria alimentaria, los cuales pueden ser de consumo diario. Los más comunes son la leche, la mantequilla, la margarina y los cereales de desayuno.
“A la hora de valorar si un alimento enriquecido es saludable o no, lo más importante es valorar el perfil nutricional del producto base. Es decir, una galleta con harinas refinadas, azúcar y grasas de poca calidad no será más saludable por aportar vitamina D. Pero una leche de vaca enriquecida, por ejemplo, puede ser un aliado perfecto e incluso apto para el consumo diario”, apuntaba Pilar Riobó.
Además de la alimentación, los suplementos farmacológicos también son una opción eficiente. En los últimos años, los suplementos dietéticos con vitamina D en su formulación se han vuelto más comunes y son consumidos frecuentemente.
Aunque la falta de vitamina D tiene consecuencias importantes tanto en niños como en adultos, es a partir de los 65 años cuando la capacidad de asimilación de este nutriente en el organismo comienza a disminuir. Por este motivo, es importante que las personas más mayores sigan una dieta rica en este nutriente. “La capacidad de absorber vitamina D se reduce con la edad, por lo que este colectivo debería prestar una especial atención a su dieta. Aunque es una deficiencia que puede afectar a todos, las personas mayores son las más vulnerables”, indicaba la doctora Riobó.
Consejos para mantener unos niveles óptimos de vitamina D