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Los mariscos contienen metales pesados, como el cadmio y el mercurio, que pueden dañar la salud. El micronutriente selenio, que también se obtiene del pescado y los mariscos, se une a estos metales y evita que causen daños.
El selenio tiene afinidad por los metales pesados como el mercurio y el cadmio, y se adhiere a ellos como un imán. Al tomar mercurio, por ejemplo, el selenio se une a este metal pesado en particular en una relación 1: 1, lo que significa que una molécula de selenio se une a una molécula de mercurio y la convierte en un compuesto relativamente inerte conocido como seleniuro de mercurio. La buena noticia es que el seleniuro de mercurio no puede reaccionar en el cuerpo de la misma manera que el mercurio libre. En otras palabras, su impacto nocivo se ha reducido.
El selenio también se une al cadmio y protege contra el impacto perjudicial que este metal puede tener en el cuerpo. La capacidad de unirse a metales pesados se denomina efecto antagonista y, por lo tanto, el selenio se conoce como antagonista de metales pesados.
Los científicos generalmente están de acuerdo en que un adulto necesita alrededor de 100-125 microgramos de selenio al día para saturar la gran cantidad de selenoproteínas que necesitan este nutriente para funcionar correctamente. Comer una dieta equilibrada con buenas fuentes de selenio como mariscos, nueces, granos enteros y carne es una buena manera de aumentar su consumo de selenio. Sin embargo, también puede ser una buena idea tomar un complemento, ya que los niveles de selenio en las dietas europeas son generalmente más bajos que en otras partes del mundo, aseguran desde la firma Pharma Nord Spain.