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El informe Alimentación, factor de salud y sostenibilidad ha sido impulsado por Cariotipo Lobby & Comunicación, con el apoyo de la CEOE y la Fundación Española del Corazón, y el patrocinio de Eurosemillas.
El informe Alimentación, factor de salud y sostenibilidad analiza los retos a los que se enfrentan los distintos actores implicados en la cadena alimentaria, en el ámbito de la salud, la política, el medioambiente, la economía, la gobernanza, la comunicación o la genómica. Una de las principales conclusiones es que la coordinación entre instituciones, empresas del sector alimentario, expertos en nutrición y profesionales de la comunicación, es fundamental para conseguir una sociedad correctamente informada en un ámbito tan esencial como es la alimentación. La presentación del informe ha sido presidida por Marta García Pérez, directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Si proyectamos al caso español las tendencias observadas en otros estudios de la experiencia comparada, podríamos estimar que una adecuada alimentación supondría un ahorro para el Sistema Nacional de Salud (SNS) de unos 14.300 millones de euros. Esta es una de las principales conclusiones recogidas en el informe “Alimentación, factor de salud y sostenibilidad”, impulsado por Cariotipo Lobby & Comunicación, con el apoyo de la CEOE y la Fundación Española del Corazón, y el patrocinio de Eurosemillas.
Presentado hoy en la sede de la CEOE, un grupo de expertos multidiciplinar analiza en este informe los retos a los que se enfrentan los distintos actores implicados en la cadena alimentaria, en el ámbito de la salud, la política, el medioambiente, la economía, la gobernanza, la comunicación o la genómica; y resalta el papel que juega la alimentación como motor de salud pública
Tal y como ha explicado durante la presentación del informe el Dr. Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón, la realidad es que el número de personas con obesidad se ha triplicado en los últimos cuarenta años, siendo cada vez más alarmante esta patología en la infancia. De hecho, la obesidad infantil y juvenil en España tiene una prevalencia del 10,30% [i].
Por su parte, Julio Sánchez Fierro, abogado, doctor en Ciencias de la Salud y exsubsecretario del Ministerio de Sanidad, ha destacado la necesidad de poner en marcha normas incentivadoras y de apoyo a las políticas alimentarias. “Las cifras actuales exigen actuación y coordinación por parte de las instituciones, tanto en el ámbito nacional como internacional: 700 millones de personas con hambre crónica, 3,4 millones de personas mueren de obesidad y sobrepeso y 161 millones de niños menores de cinco años sufren de retraso en el crecimiento”, apunta Sánchez Fierro.
El exceso de información en el que nos sumerge el universo online, hace que, a menudo, el usuario no se pare a valorar si lo que está recibiendo es contenido objetivo, sustentado sobre fuentes acreditadas, o si se trata solo de una opinión fundada en argumentos poco sólidos. De hecho, el 57% de los españoles admite haber considerado como cierta una noticia que no lo era relacionada con el sector alimentario[ii]. Además, según datos de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), un 30% de las fake news que podemos encontrar en la red son sobre alimentación.
Los expertos en nutrición llevan tiempo alertando de cómo fuentes no oficiales y pseudoprofesionales están monopolizando la comunicación de la “dieta saludable” en medios de comunicación y RRSS. “El problema es que este tipo de informaciones sin respaldo científico, que se transmiten a través de los medios de comunicación, pueden poner en serio riesgo la salud pública”, afirma Carmen Mateo, presidenta de Cariotipo y coordinadora del informe.
En esta línea, añade que para luchar contra la desinformación es fundamental la “coordinación entre instituciones, empresas del sector alimentario, expertos en nutrición y profesionales de la comunicación”, para conseguir una sociedad correctamente informada en un ámbito tan esencial como es la alimentación.
En relación a las crisis alimentarias, la Dra. María Dolores Rubio, directora médico del Hospital Dr. Rodríguez Lafora (Madrid), ha incidido en la responsabilidad de todos los actores de la cadena alimentaria. “Es cierto que pueden existir problemas en los circuitos de producción; sin embargo, la responsabilidad de las enfermedades transmitidas por alimentos no es siempre del productor, sino que una buena parte de estas son causadas por alimentos que han sido preparados o manipulados incorrectamente en los puntos de venta o en los hogares”.
En este sentido, explica que una buena estrategia de comunicación es un elemento clave para facilitar el éxito en la gestión de una crisis alimentaria. “El mensaje debe ser objetivo, claro e inequívoco, priorizándose en todo momento la salud pública”.
Cuando hablamos del impacto de la alimentación, se debe hacer un análisis del “ciclo de vida” de un producto: El uso de insecticidas y otros componentes, en muchos casos, tóxicos y peligrosos; el transporte de alimentos, que está siendo muy revisado, con el objetivo de encontrar alternativas que reduzcan el impacto medioambiental; la generación de envases para la conservación de alimentos; y el desperdicio de los alimentos, que genera una gran cantidad de residuos. En Europa, se desperdicia el 30% de los alimentos, lo que equivale a 179 Kg por persona al año.
En este sentido, las empresas, ya sea por obligaciones derivadas de su normativa nacional o por exigencias del mercado, están evolucionando “hacia modelos mucho más sostenibles, empleando variables como la reducción de la huella de carbono, el análisis del ciclo de vida del producto y, especialmente, por una orientación hacia un modelo de economía más circular”, afirma Miguel Aguado, socio director de B Leaf.
[i] Fundación Española del Corazón y Sociedad Española de Cardiolgía. (2019). Riesgo Cardiovascular desde la Infancia.
[ii] IPSOS. (2018). Perils of Perception. Recuperado de: https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2019-01/perils2018_es.pdf