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La pediatra del Hospital Quirónsalud Huelva, María José Gil, afirma que los bebés que se adhieren a la “alimentación guiada por el bebé” también conocida por su siglas en Inglés BLW (Baby Led Weaning), disminuyen el riesgo de obesidad futura.
La pediatra del hospital onubense y del grupo IHP, define esta alimentación como aquella en la que el niño come solo, con sus propias manos, elige lo que come y come la comida entera, es decir, sin triturar, aseguran en un comunicado desde IHP.
Esta alimentación es recomendable a partir de los seis meses, explica la doctora Gil, “ya que es preciso que el niño se mantenga sentado por sí mismo, que tenga capacidad para coger la comida y para llevársela a la boca. Para llevarla a la práctica es necesario que el niño tenga interés por la comida de los adultos, el niño elige lo que quiere comer, no se debe interferir ni sugerir qué es lo que debe comer ni cuánto, presentarle los alimentos en trozos grandes y alargados para ayudar a su sujeción, así como cocinar los alimentos de tal manera que no se deshagan pero que al mismo tiempo permitan al bebé aplastarlos con sus encías”.
La pediatra insiste -según aseguran también en este mismo comunicado desde IHP- en que esta alimentación es compatible con la lactancia materna: “Es fundamental no dejar de amamantar al bebé, es más, esta alimentación prolonga la lactancia materna”. Los alimentos se irán introduciendo poco a poco, cada 3-4 días se incorporarán alimentos nuevos y como esta alimentación puede producir déficit de hierro, la especialista recomienda ir introduciendo alimentos ricos en hierro como carne (triturada), pescado, huevo, legumbres o cereales".
La alimentación BLW tiene como ventajas que evita el rechazo de la comida en algunos niños, así como ayuda a su desarrollo psicomotor. Asimismo, hay que tener en cuenta que este tipo de alimentación no está indicada en grandes prematuros, niños que sufran de alguna patología gastrointestinal, neurológica o malnutrición, señala la especialista.
La doctora Gil hace hincapié en que el niño debe realizar este tipo de alimentación bajo la vigilancia permanente de un adulto, ya que se pueden atragantar, lo cual es frecuente, pero lo importante es que no se ahoguen por lo que hay que estar muy atentos y tener nociones para solventar esta situación en caso de producirse (maniobra de Heimlich en lactantes), añaden también desde IHP.