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Biocop, compañía dedicada a la producción y distribución de productos biológicos, ha contado con el asesoramiento de Gemma Hortet, dietista especializada en Nutrición Energética y Ciclicidad, para diseñar el menú perfecto, con ingredientes nutritivos y saludables de cultivo ecológico.
Los beneficios del batch cooking son múltiples: evitamos los ingredientes ultraprocesados y el fast food y favorecemos la cocina de aprovechamiento. Además, la planificación ofrece un ahorro económico y una gestión del tiempo más eficiente. Pero, la clave, según Hortet, es saber qué cocinar: “Para garantizar el éxito del batch cooking hay que contar con un menú previo: primero debemos diseñar en papel qué queremos comer durante la semana, después organizarlo en un menú semanal y, por último, ponerse a cocinar”.
La nutricionista recuerda que, para conseguir una dieta equilibrada, debemos incluir verduras verdes de temporada, alternando crudas y cocidas, como col, brócoli, alcachofas, rúcula, canónigos o cogollos. Además, también hay que tener en cuenta los carbohidratos, de los cuales, una mitad deberían ser verduras de raíz como la calabaza, la zanahoria o la chirivía, y la otra mitad cereales como el arroz, la quinoa, el mijo o pasta. “Tampoco debemos descuidar las proteínas”, recuerda Hortet, “de las cuales deberíamos buscar el equilibrio entre las vegetales, como legumbres, tempeh, tofú o seitán, y las animales, como huevos, pescado azul y blanco y carnes de ave de pasto”. Y, por último, las grasas de calidad, en forma de aceite de oliva, frutos secos, semillas, cremas de semillas como el tahin o crema frutos secos como la de almendras.
¿Qué debemos incluir siempre en nuestro batch cooking? Gemma Hortet recomienda la preparación de bases de verduras de raíz, como cebolla pochada, que después puedan servir para cocinar cualquier crema o salsa. Del mismo modo, el batch cooking debe contar con verduras listas para tomar, preferiblemente de raíz, que puedan servir de acompañamiento o como ingrediente para otro plato. “La mejor manera es cocinarlas al horno y guardarlas en una fiambrera de cristal -recalca-, un cereal o una legumbre base ya cocido, como cuscús, mijo, quinoa o unas lentejas, sin añadir nada más que la misma agua de su cocción, se puede guardar perfectamente cinco días en nevera y te completa cualquier plato”.
Gemma Hortet recomienda ayudarse de toppings para convertir un plato simple en algo delicioso, con especies, semillas o natas vegetales de coco, avena o soja: “Igual que si le añadimos una salsa de calidad nutricional cambia totalmente nuestro plato, hay otros toppings que también visten de sabor la idea más sencilla”. Por otro lado, también es importante incluir algunos extras de calidad para darse un capricho eventual, como quesos ecológicos o chocolate 85 %.