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La obesidad es considerada como un estado patológico, una condición que es adquirida a causa de la acumulación de grasa en el cuerpo de forma excesiva y un problema general que te puede afectar como padre. Desde la compañía de seguros Generali y su blog Tu Asesor de Salud nos dan una serie de tips para evitar el sobrepeso en los niños.
La obesidad es considerada como un estado patológico, una condición que es adquirida a causa de la acumulación de grasa en el cuerpo de forma excesiva y un problema general que te puede afectar como padre. Nos hacemos ahora estas preguntas ¿Cómo evitar que tu hijo tenga sobrepeso? ¿Por qué el sobrepeso es un gran factor de riesgo?
El sobrepeso, al igual que la obesidad, es un problema que se origina a causa de la acumulación de forma anormal o excesiva de grasa en ciertas partes del cuerpo de una persona. Esto es perjudicial para la salud de cualquier ser humano, tanto en el caso de los niños como en adultos.
Si tu hijo está experimentando sobrepeso, debes buscar la forma de ayudarlo para reducir su índice de masa corporal, el cual precisamente establece la relación de lo que debe pesar en función de su estatura. Un niño con sobrepeso puede sufrir trastornos de salud ahora o cuando sea mayor, entre los cuales está la diabetes, enfermedades cardíacas o hipertensivas, entre otros.
Para identificar si tu hijo tiene sobrepeso, lo primero será determinar su IMC o índice de masa corporal, para lo cual solo es necesario que realices un sencillo cálculo. Por ejemplo, si tu hijo cuenta con tan solo dos años, su peso es de 14,340 kg y mide 82 cm de estatura; aplicando la fórmula kg/m2 tendrás como resultado que su percentil de índice en masa corporal es 21.
En este caso, podría considerarse que tu pequeño está experimentando un problema de sobrepeso. Sin embargo lo indicado es que compares su valor con los establecidos como normales por la Organización Mundial de la Salud para cada niño y siempre te apoyes en la opinión de un pediatra.
El sobrepeso es ocasionado por una nutrición inadecuada, tanto desde el período prenatal, como durante la lactancia o infancia de tu hijo; sumado a esto está el hecho de que puede estar consumiendo alimentos que son excesivamente ricos en calorías y grasas, mientras que por otro lado carecen de los nutrientes vitamínicos indispensables para mantener la salud de su cuerpo.
Adicionalmente, los niños que muestran índices de sobrepeso suelen ser sedentarios, pasan gran cantidad de horas frente a la tv o el ordenador, al mismo tiempo en que consumen gran cantidad de comida basura, ricas en azúcares y grasas saturadas que aumentan el colesterol malo de su cuerpo.
En síntesis, lo que origina el sobrepeso es el aumento de la ingesta de alimentos que tienen un alto contenido calórico y exceso de grasas, mientras se disminuye el ritmo de actividad física, conllevando la acumulación de peso como consecuencia de que no se está quemando una cantidad de calorías acorde con las ingeridas.
El sobrepeso está asociado a un mayor índice de discapacidad y probabilidad de muerte prematura, especialmente cuando se alcanza la edad adulta. Con frecuencia, los padres se preocupan porque su hijo sea obeso cuando niño y tenga más probabilidades de seguir siéndolo al crecer, a menos que implementen oportunamente una serie de hábitos saludables para niños.
Según las investigaciones realizadas por la OMS, el riesgo de padecer enfermedades a consecuencia del sobrepeso depende de la edad durante la cual se comenzó a padecer este tipo de trastorno y su duración.
En el caso de los niños y adolescentes, sus consecuencias pueden ser apreciadas incluso o corto plazo, con trastornos de movilidad, problemas de autoestima y dificultades para relacionarse socialmente; pero los efectos más relevantes de esta mala práctica alimenticia los sufrirán precisamente cuando sean adultos y se conviertan en candidatos para padecer enfermedades cardíacas, diabetes, artrosis, accidentes vasculares cerebrales o algunos tipos de cáncer.
Para evitar el sobrepeso es necesario que tu hijo mantenga hábitos de vida saludables, necesita realizar actividades físicas como correr, nadar o simplemente caminar al menos media hora al día. Al llegar a la mesa es importante que le ofrezcas una dieta rica y balanceada que le aporte vitaminas para reponer la energía perdida, pero además sea libre de azúcares y grasas saturadas.
Todo esto debe estar acompañado por una buena hidratación, mediante el consumo de agua o zumos y respetando sus horas de descanso. Tú puedes animar a tu hijo a que lleve una vida sana para mejorar su condición física, motívalo para incrementar su autoestima y que comience a valorarse a sí mismo.
Es importante que le hagas comprender que el sobrepeso no es solo un problema de apariencia física, sino un riesgo que aumenta sus probabilidades de sufrir enfermedades.
Si está mal alimentado, puede verse gordo, pero no cuenta con las defensas indispensables en su cuerpo para combatir las enfermedades, ya que se cansará con más facilidad, será propenso a adquirir virus o sufrir de problemas circulatorios y respiratorios.
El camino que debes seguir para evitar que tu hijo tenga sobrepeso es alimentarlo sanamente desde que nace, pero si ya está sufriendo de este problema, ofrécele una dieta balanceada que puede ser igualmente placentera. Para ello busca alimentos que sean de su agrado y prepáralos sin grasa, incluso hoy en día existen alternativas tecnológicas que te permiten freír sin emplear aceite y los alimentos queden igualmente crocantes.
Para seguir una dieta saludable en favor de la salud de tu hijo, reduce un poco cada porción por comida y si aún tiene hambre ofrécele una fruta baja en azúcar; cocina siempre alimentos naturales y sustituye las gaseosas por zumos frescos sin azúcar.
Selecciona aquellos alimentos que lo mantengan saciado por más tiempo, su desayuno debe ser nutritivo, con cereales como avena y yogur; el almuerzo puede estar compuesto de carnes a la plancha acompañadas con vegetales o ensaladas. La cena deberá ser lo más ligera posible, evitando a la vez que coma cerca de la hora de dormir.
Es necesario que comience a incluir dentro en su rutina diaria algún tipo de deporte, si no le gusta ninguno, al menos puede caminar o montar bicicleta. Lo importante es que su actividad física sea mayor que la ingesta de calorías consumidas, para que su cuerpo comience a quemar las grasas que tiene acumuladas.