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En el marco del Día Mundial del Microbioma, que se celebra el próximo 27 de junio, Neuraxpharm quiere visibilizar el importante papel de estos organismos en la salud mental.
De esta forma, como señalan desde esta compañía, los distintos estudios que se han llevado a cabo a lo largo de los últimos años han servido para constatar que en cualquier patología psiquiátrica hay siempre una disbiosis. Esto llevó a la idea de que corregir este desequilibrio podría incidir en la mejora de la salud mental, y en el año 2013, el investigador Ted Dinan de la Universidad de Cork, Irlanda, acuñó el concepto de psicobióticos: microorganismos que, ingeridos en cantidades adecuadas, producen un beneficio en la salud mental.
Varias investigaciones han demostrado ya que bacterias como los lactobacilos o las bifidobacterias son capaces de sintetizar neurotransmisores como GABA, acetilcolina o serotonina implicados en la depresión y en la ansiedad. “Corregir la falta de estas bacterias ayudaría a mejorar la sintomatología, con la ventaja además de que muchos de estos probióticos no tienen efectos secundarios y por eso desde la industria se está apostando por su desarrollo y cada vez se estudian más en muchas patologías”, explica Concha Porras, Brand Manager en Neuraxphahm.
El trabajo de investigación en este campo también está sirviendo para entender más el papel de la microbiota en muchas enfermedades neurodegenerativas, como pueden ser el Alzheimer o el Parkinson. Precisamente la pérdida de diversidad de nuestra microbiota por las medidas de higiene cada vez más presentes en muchos países desarrollados podría explicar el aumento en la incidencia de algunas de estas patología, constatan desde Neuraxpharm.
Pero no solo hay una relación importante con enfermedades neurodegenerativas. Un estudio llevado a cabo en el año 2020 por medio de la Fundación Querer ha servido también para analizar la relación que existe entre la microbiota y el trastorno del espectro autista o TEA, apuntan también desde Neuraxpharm. Gracias a los datos recogidos se pudo comprobar como en niños con esta patología había en todos ellos una disbiosis, y en cerca de un 90 % también la permeabilidad de sus intestinos era mayor. En buena parte de los participantes en el estudio había diferente sintomatología relacionada con el sistema digestivo, añaden.