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Un total de 16 hospitales públicos de la Comunidad de Madrid, que representan cerca de la mitad del total de centros hospitalarios públicos de la región, han presentado los resultados preliminares del estudio NutriCovid que revela el alto impacto de la infección por SARS CoV2 en el estado nutricional, funcional y en la calidad de vida de los pacientes graves que requieren de ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos.
El estudio NutriCovid revela que los pacientes mostraron una pérdida de peso del 16 % al alta hospitalaria, y el 83,2 % presentaban criterios de riesgo nutricional o desnutrición. En cuanto a la valoración del estado funcional, el estudio ha demostrado que al alta hospitalaria el 80,9 % de los pacientes presentaban una dependencia moderada–grave a total. “Esto implica que los pacientes tienen serias dificultades para mantener de forma autónoma su autocuidado (aseo personal, vestirse o desvestirse, alimentarse), en ocasiones masticar y tragar, y muy a menudo, se ven afectados en sus desplazamientos (caminar, subir y bajar escaleras)”, comenta Julia Álvarez, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, Madrid.
Madrid ha sido una de las comunidades más afectadas por la pandemia de coronavirus a nivel global. Este impacto ha tenido su mayor reflejo en los hospitales de la Comunidad, donde se ha confirmado la gran afectación que la COVID-19 tiene sobre los pacientes ingresados, la cual va más allá de la afectación pulmonar. En concreto, el coronavirus afecta a nivel muscular, neurológico, digestivo, renal, cardiovascular, nutricional y funcional, entre otras afecciones. Con relación a esto último, el estudio NutriCovid revela cómo en el momento del alta hospitalaria, el 83,2 % de los pacientes presentaban criterios de riesgo nutricional o desnutrición utilizando como herramienta de valoración el MUST (Malnutrition Universal Screening Tool). Además, el 86,9% presentaron un cribado positivo para sarcopenia (pérdida de masa muscular) medido por el cuestionario SARC-f, y al alta hospitalaria el 80,9 % presentaban una dependencia moderada-grave medida por el Índice de Barthle. Otras de las secuelas que se han observado en los pacientes son: deterioro de la movilidad (72 %), dolor o malestar (63,5 %), problemas para llevar a cabo actividades cotidianas (77%), para su autocuidado (52,2 %) y depresión y ansiedad (42,1 %).
El estudio ha incluido una valoración de la calidad de vida de estos pacientes mediante el cuestionario EQ5. “Al alta hospitalaria alrededor de un 70 % de los pacientes de nuestro estudio presentaban afectación en su movilidad, 52 % en el autocuidado y 76 % limitando sus actividades de la vida diaria y en alguna medida la mitad de ellos una sensación permanente de malestar, dolor, ansiedad y depresión”, explica Cristina Cuerda, médico adjunto de la Unidad de Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.“Utilizando la escala visual analógica la mayoría de los pacientes presentaban un valor (mediana) de 40 considerando el valor de 100 para definir el mejor estado de salud posible y de 0 para el peor estado de salud posible. Datos que mejoraron a los tres meses, puntuando a 60 y a los seis meses a 75”, concluye por su parte Julia Álvarez.
El estudio NutriCovid forma parte de un amplio proyecto de investigación para ayudar a la recuperación de pacientes COVID-19 impulsado por Nutricia a nivel nacional (proyecto NutriCOVer).