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Las tecnologías RFID y de código de barras son útiles para verificar la utilización de los medicamentos y minimizar la administración de productos caducados en las oficinas de farmacia.
Las cadenas de suministro de productos farmacéuticos todavía no son perfectas y esto está afectando a la confianza de los pacientes, no sólo en los propios medicamentos sino también en las personas que los fabrican, recomiendan y dispensan. De hecho, según el Zebra’s Pharmaceutical Supply Chain Vision Study, siete de cada diez pacientes afirman estar preocupados por la posibilidad de recibir medicamentos contaminados, caducados o falsificados, el 43% teme que se produzcan más enfermedades y/o muertes si no se mejora la cadena de suministro y más del 80% quiere que los fabricantes expliquen mejor cómo se producen, manipulan, transportan y almacenan.
Además, ya no sólo se analizan con lupa las prácticas de los fabricantes, sino que las farmacias también están en el punto de mira. Así, el 69% de los pacientes está preocupado por recibir una dosis inadecuada de medicamentos debido a errores de etiquetado y más de la mitad considera que las farmacias son responsables de garantizar que los medicamentos se mantengan seguros y sin problemas.
“Aunque todos los actores de la industria farmacéutica deben ser responsables de la seguridad y la accesibilidad de los medicamentos, los farmacéuticos son a menudo la cara más visible. Es a ellos a quienes se dirigen los pacientes con preguntas y preocupaciones y a quienes los médicos tienden a llamar cuando experimentan un problema o descubren posibles riesgos de seguridad”, afirma John Wirthlin, Industry Principal, Manufacturing, Transportation, and Logistics de Zebra Technologies, empresa innovadora con soluciones y socios que permiten a los negocios mejorar su rendimiento.
Por todo ello, y para mejorar la confianza de los pacientes a corto y largo plazo, el personal de las farmacias debe ser capaz de identificar positivamente al paciente, verificar el pedido y comprobar la etiqueta; proporcionar instrucciones detalladas sobre cómo tomar la medicación; actualizar la historia clínica electrónica; registrar adecuadamente los pedidos en el sistema de gestión de inventarios para saber cuándo se alcanza el umbral de reposición obligatorio; garantizar la correcta rotación de los medicamentos para evitar la dispensación de lotes caducados; y proteger los productos farmacéuticos contra la manipulación y su sensibilidad a la temperatura.
Actualmente, los farmacéuticos pueden aprovechar ya tecnologías como las de identificación por radiofrecuencia (RFID) para monitorizar el inventario, de la misma manera que los hospitales las utilizan para controlar y gestionar los equipos, los suministros y otros activos. Por supuesto, esto requiere el etiquetado de cada botella y paquete, lo que aún no está ocurriendo a gran escala. Aun así, si una farmacia no está preparada para la transición a RFID, es importante que se asegure al menos de tener escáneres de códigos de barras fiables a disposición del personal para registrarlo todo con rapidez y precisión. Y es que hay que tener en cuenta también que muchos pedidos nunca se recogen, por lo que disponer de una forma sencilla de registrar las cancelaciones puede ayudar notablemente a asegurar las existencias.
Las tecnologías RFID y de código de barras también son útiles para verificar la utilización de los medicamentos y minimizar la administración de productos caducados. Además, si se produjera una retirada de algunos productos, permite saber cuáles son los que hay que desechar e informar a los facultativos sobre cómo gestionar las consultas de los pacientes y ajustar los tratamientos. Otros beneficios relacionados con estas tecnologías son los de poder dar más detalles de la medicación que se entrega. Aproximadamente el 80% de los pacientes siente curiosidad por los países de origen de los medicamentos, las normativas locales y los estándares éticos y de sostenibilidad de los fabricantes y todos estos datos podrían recuperarse en el punto de venta o administración a través de etiquetas RFID o códigos de barras.
De acuerdo con el estudio de Zebra, casi dos tercios de los pacientes creen que es necesaria una mayor regulación de la cadena de suministro farmacéutica y el 56% de los responsables de la industria están de acuerdo, a pesar de que un tercio de ellos ya sitúan el cumplimiento de la normativa entre los cinco principales retos a los que se enfrentan sus empresas en la actualidad.
¿Ayudará una mayor regulación a garantizar que los medicamentos que se dispensan sean seguros, eficaces y accesibles? Es posible. Pero ¿por qué esperar a que la normativa impulse la implantación de herramientas tecnológicas que, en última instancia, serán obligatorias para proteger a los pacientes y restablecer la confianza en los productos farmacéuticos? Cuanto más se conozca el estado del inventario histórico, actual y entrante, más eficazmente se podrá colaborar con los reguladores, los socios de la cadena de suministro y los pacientes para encontrar soluciones a los problemas y crear confianza en la seguridad y eficacia de los medicamentos farmacéuticos.
Descubre más sobre el estudio de Zebra sobre el estado de la cadena de suministro en Farmacias.