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El estudio Presto, elaborado por Nutricia, la marca de nutrición clínica de Danone, revela que el 45 % de los lactantes con alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) tratados con fórmulas a base de aminoácidos suplementadas con simbióticos desarrollaron tolerancia, y solo un 9 % sufrieron infecciones que necesitaron hospitalización.
Se trata de un ensayo clínico multicéntrico, prospectivo, aleatorizado y doble ciego en niños con APLV mediada por IgE que reciben FAA con o sin simbióticos. El ensayo clínico ha incluido a 169 pacientes menores de 13 meses con APLV mediada por IgE, quienes recibieron fórmulas elementales a base de aminoácidos suplementadas con simbióticos (FAA-S) o sin simbióticos (FAA) durante 12 meses. Tras 12 meses se observó que el 49 % de los lactantes presentaban tolerancia a las proteínas de leche de vaca (PLV), cifra que ascendió hasta el 62 % tras 24 meses de seguimiento.
“Los resultados de este estudio sugieren que, en lactantes con APLV mediada por IgE, el desarrollo de tolerancia tras el uso de una fórmula a base de aminoácidos es claramente superior al publicado en estudios previos. Además, aquellos tratados con una fórmula elemental a base de aminoácidos suplementada con simbióticos presentaban un riesgo menor de infecciones graves que precisaban hospitalización”, explica Gonzalo Botija Arcos, miembro de la sección de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Madrid).
Según el experto, “el rápido aumento de los trastornos inmunomediados en los últimos años, como las enfermedades alérgicas, parece que está estrechamente relacionado con la reducción de la exposición microbiana temprana. La microbiota intestinal juega un papel crucial en el desarrollo de la respuesta inmune de la mucosa intestinal, pues su composición puede influir en el riesgo de desarrollar una enfermedad alérgica o no”.
Con el objetivo de acelerar la adquisición de la tolerancia a las PLV, se ha producido un cambio en el manejo de la APLV, pasando de una estrategia pasiva de evitación del alérgeno responsable, a una proactiva para tratar de promover el desarrollo precoz de tolerancia y mejorar la calidad de vida al eliminar restricciones dietéticas innecesarias. Entre estas estrategias proactivas se han incluido el uso de productos lácteos horneados, inmunoterapia oral, modificaciones en las fórmulas, así como el uso de prebióticos, probióticos y simbióticos.
En este sentido, “una mayor comprensión de la patogenia inmunológica de la alergia a las proteínas de leche de vaca ha ido acompañada de un cambio en el manejo dietético de la misma. Este asunto es de vital importancia, ya que la adquisición de una tolerancia precoz, sobre todo en aquellos pacientes con cuadros clínicos graves, supondría un importante impacto en la calidad de vida del niño y sus familiares al poder eliminar las restricciones alimentarias, así como evitar el riesgo de sufrir una reacción accidental potencialmente grave”, afirma Gonzalo Botija.