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Los servicios de endocrinología y nutrición desempeñan un papel fundamental en el manejo multidisciplinar del paciente, especialmente del crónico complejo, asegura el Informe RECALSEEN 2021, un proyecto impulsado por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) en colaboración con la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (Fundación IMAS).
El informe destaca también la progresiva ambulatorización de la asistencia y el enorme impulso dado a la telemedicina, situando a estas unidades a la vanguardia de las transformaciones del sistema sanitario que se prevén en el inmediato futuro.
Este estudio (“Recursos y Calidad de los Servicios de Endocrinología y Nutrición en el Sistema Nacional de Salud”) pretende elaborar un diagnóstico de situación sobre la asistencia endocrinológica y nutricional en el Sistema Nacional de Salud. Para ello, lanzó en 2020 una encuesta a los responsables de estas unidades obteniendo respuesta del 73 % de ellas (112 hospitales). Además, ha analizado 14,4 millones de altas hospitalarias de episodios relacionados con las enfermedades endocrinas y los trastornos de la nutrición entre 2007-2019.
Según los datos de la encuesta, el 97 % de los servicios de endocrinología y nutrición tienen algún método estructurado de relación con atención primaria; el 88 % de las unidades tienen protocolos conjuntos de derivación; en el 70 % hay comunicación mediante correo electrónico, y en el 53 % mediante teléfono móvil. El endocrinólogo se desplaza al centro de salud en un 38 % de unidades y en un 30 % hay sesiones con atención primaria mediante videoconferencia.
Influido por la pandemia, en 2020 las consultas no presenciales de endocrinología y nutrición aumentaron un 157 %. El 79 % de los servicios desarrollaron teleconsulta programada con pacientes, el 90 % realizó consulta telefónica, el 29 % videoconsulta y el 45% consulta por correo electrónico.
Ese año también se detectó una disminución de un 11 % de la actividad asistencial presencial a causa de la pandemia. “Esta reducción fue especialmente llamativa en procedimientos diagnósticos, por lo que es previsible un repunte de la demanda asistencial tanto por las demoras en el diagnóstico como por el deterioro que esas demoras pueden estar produciendo en la condición de los pacientes”, afirma Francisco Javier Santamaría, jefe de Sección de Endocrinología del Hospital Universitario Cruces y miembro del comité director del estudio.
Por otro lado, entre 2007 y 2019, se aprecia una disminución del 25 % del número de altas en estas unidades, lo que revela una ambulatorización de la asistencia. La estancia media también ha disminuido de 7,4 días a 6,1.
La diabetes mellitus es el diagnóstico principal al alta más frecuentemente dado por los servicios de endocrinología y nutrición, representando el 54 % del total de las altas. Le siguen, con mucha menor frecuencia, el cáncer de tiroides, la enfermedad de la glándula suprarrenal, los trastornos no especificados de la secreción pancreática y la tirotoxicosis. Por otro lado, la diabetes mellitus, como factor de riesgo presente en los episodios de ingreso hospitalario, ha aumentado notablemente.
El número de episodios con diagnóstico secundario de desnutrición ha aumentado un 19 % en 2019 respecto de 2007, identificándose en 14,5 de cada 1.000 altas hospitalarias de mayores de 17 años en 2019, aunque existe un notable infraregistro. La asociación más frecuente de la desnutrición como comorbilidad es con la septicemia como diagnóstico principal (6,5 %) seguido por la neumonía -organismo no identificado- (4,6 %).
Por otro lado, la obesidad como diagnóstico secundario, ha aumentado un 109 % en 2019 respecto de 2007, identificándose en 6,3 % de las altas hospitalarias de mayores de 17 años en 2019. La asociación más frecuente de la obesidad como comorbilidad es con la insuficiencia cardiaca como diagnóstico principal (5,2 %), seguido por “otras enfermedades pulmonares obstructivas crónicas” (3,8 %).