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La lactancia materna es el método recomendado de alimentación para todos los recién nacidos. No obstante, en determinados casos, algunas madres se ven obligadas a recurrir a las denominadas leches de iniciación, y cuyas principales marcas y características aquí encontrarás.
Este tipo de alimentos son un sustitutivo o un complemento de la leche materna y cumplen con todas las necesidades básicas de los recién nacidos durante sus primeros meses de vida; y desde el sexto mes de vida, los expertos médicos recomiendan el uso de este tipo de alimentos con una mayor frecuencia.
Estas leches de iniciación son productos derivados de leche de vaca, presentándose en leche en polvo o en leche líquida. La diferencia entre una versión y otra se encuentran en el sentido que la leche en su versión en polvo cuenta con una mayor conservación y esterilidad, así como de facilidad a la hora de preparar los biberones; la leche líquida, y preparada ya para dar el pequeño, supone un ahorro de tiempo y evita equivocaciones a la hora de preparar correctamente el biberón. Independientemente de la fórmula que se use, este tipo de leches de iniciación ofrecen las vitaminas (C y D), minerales (hierro y calcio) y proteínas que el recién nacido necesita durante sus primeros meses.
Desde el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría recomiendan introducir el uso de este tipo de productos a partir del sexto mes de vida del lactante (se incorporan las llamadas leches de crecimiento), como método de complemento de la lactancia materna, puesto que la madre debe incorporarse, si es el caso, a sus quehaceres laborales diarios. Asimismo, únicamente, recomiendan el uso de leches de iniciación desde el mismo nacimiento en aquellos casos que la madre no pueda dar el pecho al pequeño por algún problema concreto.
¿Y cómo elegimos la mejor leche de iniciación? ¿En qué fijarnos? Básicamente debemos consultar con el pediatra porque cada niño es un mundo y sus necesidades varían de un tipo de leche a otra, en función de las vitaminas o minerales que requiera en ese momento. En lo que sí debemos estar seguro es la confianza de este tipo de productos, absolutamente preparados para cuidar de la alimentación de los recién nacidos. Lo idea, más allá del tipo de leche de iniciación escogida, está en que durante el primer año sólo se use 1 gramos por cada 100 ml que aportan las madres con su leche materna. También debemos cuidar su uso en materia de grasas, no superando la cifra de 3,8 gramos por cada 100 ml. De esta manera, estaremos alimentando de una manera sana y saludable a nuestros bebés.
Porque la mayoría de estas leches de iniciación contienen todos esos nutrientes necesarios que comentábamos anteriormente. Asimismo, estos productos también ofrecen una excelente dosis de hidratos de carbono y éste debería estar presente en los productos elegidos, salvo que el pequeño sea intolerante a aspectos como la lactosa, por lo que antes de escoger un producto debemos consultar con los especialistas médicos.