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La profesora e investigadora Anna Bach Faig, del grupo FoodLab de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ha estado liderando durante dos años un proyecto de investigación encargado en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El proyecto, denominado "Dietary patterns for health and sustainability", tiene por objeto lograr un consenso internacional entre expertos y diseñar acciones para avanzar hacia un sistema alimentario más sostenible y saludable en el ámbito europeo. El foco de la investigación de Bach Faig en la UOC siempre ha sido la relación entre alimentación y salud, y en los últimos años ha añadido la sostenibilidad a esos conceptos. Para la investigadora, "lo que ponemos en el plato importa mucho. Por cuestiones de salud, y también ambientales, no podemos seguir con el actual modelo de producción y de consumo".
A partir de un encuentro celebrado en Copenhague con expertos internacionales en alimentación y sostenibilidad, la investigadora y su equipo -del que forma parte el profesor Sergi Fàbregues, de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación e investigador del grupo GenTIC del IN3 de la UOC, quien se ha ocupado de la parte metodológica- han publicado un artículo en abierto en BMC Public Health que establece una visión común sobre lo que debe ser una dieta saludable y sostenible.
El estudio concluye que es necesario abordar la cuestión entre distintos agentes, con acciones alineadas, simultáneas y coherentes en distintos campos, como la elaboración de guías estratégicas, cambios legislativos, etc. Un aspecto importante es que hay que actualizar las guías de alimentación saludable, dado que la mayoría no tienen en cuenta la sostenibilidad: "Es necesario actualizar las directrices existentes, o crear e implementar otras nuevas. Solo un 20 % de las guías europeas sobre dieta (food-base dietary guidelines) incorporan la sostenibilidad alimentaria", afirma la investigadora. Recientemente, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha publicado un informe en el que incluye recomendaciones dietéticas sostenibles y de actividad física para la población.
El otro resultado de la investigación liderada por la UOC ha sido el informe publicado por la OMS sobre dietas saludables y sostenibles: líneas de trabajo en la región europea de la OMS. El documento recoge una serie de líneas de acción para promover cambios en los sistemas alimentarios y en los patrones dietéticos. Entre las acciones que enumera el documento se encuentra la necesidad de que los concursos públicos para proveedores de comidas prioricen dietas saludables y sostenibles; que aumente la investigación sobre el valor nutricional y el impacto ambiental de los alimentos procesados basados en plantas (algunos tienen una gran cantidad de sales y azúcares); que se reformulen los alimentos procesados, con la disminución de las cantidades de grasa, azúcar y sal, etc.
Con cambios de este tipo se podrá disminuir de forma significativa el impacto sobre el planeta, y mejorará la salud de la población. Si tenemos en cuenta que "el 22 % de las muertes en el mundo pueden atribuirse al elevado consumo de sal y al bajo consumo de cereales integrales y fruta, mantener el patrón de dieta mediterránea en nuestro contexto es crucial para la salud pública", apunta la investigadora.