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En su 29ª edición, el Premio Instituto Danone, referente en materia de alimentación saludable, sostenible y equitativa de España, ha reconocido la trayectoria de la Dra. Gema Frühbeck Martínez, experta internacional en obesidad y otras cuestiones relativas al metabolismo y la alimentación. Hablamos con la investigadora sobre los hitos y retos en su ámbito de estudio.
Consultora Senior del Departamento de Endocrinología y Nutrición, además de codirectora del Área de Obesidad de la Clínica Universidad de Navarra, donde dirige el Laboratorio de Investigación Metabólica, además del grupo de Adipobiología del CIBEROBN, la Dra. Gema Frühbeck Martínez, ha querido respondernos a unas preguntas.
Destacaría que se ha conseguido disminuir el hambre en el mundo. Sin embargo, aunque todavía hay países en los que la escasez de alimentos es evidente, en la actualidad, en la transición nutricional mundial, es la primera vez en la que el exceso de peso predomina sobre el hambre tanto en países desarrollados como en desarrollo.
En mi campo de especialización, el conocer la naturaleza del tejido adiposo ha supuesto uno de los grandes hitos; el descubrimiento de que el tejido adiposo es capaz de sintetizar y secretar múltiples hormonas y factores que regulan procesos biológicos muy diversos, así como las distintas características de los distintos depósitos de grasa ha supuesto una auténtica revolución.
En la actualidad, la preocupación por la salud personal no es el único foco. La sostenibilidad de nuestra dieta y del sistema alimentario también entran dentro de las líneas de acción de los profesionales de la salud y de la sociedad en general.
También preocupa cada vez más el envejecimiento saludable y, en este contexto contamos con múltiples desafíos, marcado por la fragmentación de la sociedad, que exige un gran ejercicio de responsabilidad al sector de la investigación, la ciencia y la innovación como motores de crecimiento y cambio.
La mayor parte de las personas no son conscientes de la importancia que tiene la obesidad sobre la salud. Simplemente piensan que se trata de un exceso de kilos, pero la realidad es que el exceso de adiposidad disfuncional tiene repercusión a nivel mecánico, orgánico, metabólico y psicológico. Es importante convencer a los políticos de que la obesidad cuesta mucho por los costes tanto directos como indirectos que supone la propia enfermedad y el absentismo laboral que provoca; quizás así podamos cambiar cosas. Porque está claro que se necesita un cambio global, tenemos profesiones mucho más sedentarias, además, por nuestra dedicación laboral, comemos rápido y precocinado. El estrés con el que vivimos nos lleva a tomar alimentos de forma compulsiva. Sin olvidar que la prevalencia de obesidad aumenta en tiempos de crisis porque la comida rápida suele ser más barata.
La investigación es necesaria para sensibilizar a nuestros gestores y decisores políticos sobre la obesidad como patología relevante y costosa para las personas que la padecen, así como para el sistema sanitario y la sociedad, en general.
Tenemos el objetivo de desarrollar innovadores procedimientos diagnósticos y terapéuticos. Nuestro reto actual es realmente poder poner en práctica la medicina de precisión en todas sus facetas, es decir, optimizar el diagnóstico, tratamiento y prevención a las características específicas de cada individuo para maximizar los beneficios y minimizar los efectos adversos.
La creciente evidencia científica sobre la relación entre dieta y salud ha suscitado el interés en los principales factores de riesgo, en especial los relacionados con las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y los niveles elevados de colesterol plasmático.
Los investigadores y profesionales de la nutrición, podemos influir favorablemente en la génesis de las enfermedades crónicas, la calidad de vida, las potencialidades físicas e intelectuales y la longevidad. Nuestras principales prioridades son identificar y evaluar problemas nutricionales de la comunidad y en diseñar, organizar, implementar y evaluar programas de intervención nutricional.
A tenor de las cifras de prevalencia de sobrepeso y obesidad actuales, parece que no lo estamos haciendo especialmente bien. Sin duda, la sociedad ha cambiado radicalmente y no resulta tan sencillo llevar una alimentación saludable en el contexto de una vida ajetreada, por una parte, pero sedentaria en lo que al ocio y el tiempo libre se refiere. Por otra parte, también hay que indicar que se observa una gran polarización en la población con un sector muy concienciado y otro que no es realmente consciente de la importancia que tiene la obesidad sobre la salud.
Es fundamental ofrecer una formación en profundidad a los profesionales sanitarios sobre todos los aspectos relacionados con la nutrición de cara a que puedan y sepan aconsejar adecuadamente sobre una alimentación saludable.
También hay que concienciar a los médicos, que solemos tratar la hipertensión y la diabetes con pastillas, pero el problema de base, que frecuentemente está relacionado con el exceso de adiposidad, no lo atajamos de forma tan contundente. Algunas veces tampoco se insiste en el cambio del estilo de vida y los pacientes.
Mientras los prescriptores de contenido relacionado con la nutrición se basen en datos rigurosos y científicamente comprobados, no debería haber problema. Es importante que la población recurra a profesionales de la salud debidamente acreditados. Por ello, se debe desarrollar un pensamiento crítico, analizando las fuentes y contrastando la información, para no ser vulnerables ante determinados argumentos que puedan resultar falsos.
Dentro del ámbito de la nutrición clínica y la investigación aplicada, actualmente estoy centrada en el estudio de la fisiopatología y mecanismos de la obesidad, concretamente en los factores periféricos del control del peso corporal y la adipobiología, en su vertiente hormonal e inflamatoria.