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El Observatorio Nestlé de Hábitos Nutricionales y Estilo de Vida de las Familias ha querido tomar el pulso y comprobar si la tendencia flexitariana y el plant-based se están replicando también en la restauración.
Según los resultados, seis de cada diez de españoles menores de 30 años van a un restaurante entre dos y cinco veces al mes en su tiempo de ocio. Los resultados revelan que más del 30 % de estos elige platos más respetuosos con el medioambiente que hace cinco años cuando come o cena fuera de casa, y dos de cada diez que no lo hace reconoce que le gustaría adquirir ese hábito.
La tendencia a seguir una alimentación más sostenible para el planeta se refleja ya a la hora de elegir el restaurante. Así lo asegura el 54 % de los jóvenes que, para comer fuera de casa, valora decantarse por un establecimiento que ofrezca platos vegetarianos, veganos o flexitarianos en la carta.
“Vemos que los menores de 30 años son los que sobre todo abanderan esta tendencia en la restauración. Mientras el 12 % de estos apuestan habitualmente por restaurantes veggies, solo el 5 % del siguiente grupo de edad, los de hasta 45 años, lo hace. De hecho, el 60 % de estos últimos afirma que nunca ha tenido en cuenta el aspecto de la sostenibilidad a la hora de elegir dónde comer o cenar”, comenta Sergi Pascual, responsable de Marketing de Nestlé Professional.
A pesar del interés creciente por este tipo de platos y opciones más saludables para el planeta en la restauración, el Observatorio Nestlé revela que para cuatro de cada diez jóvenes no es fácil encontrar un establecimiento con una carta veggie, y dos de cada diez de estos confiesa incluso que se desplaza para ir a comer o a cenar a un restaurante de estas características.
Según el estudio de Nestlé, cerca del 40 % de los encuestados menores de 30 años se lleva las sobras de comida a casa para evitar el desperdicio alimentario frente al 19 % de hasta 45 años que lo hace. No obstante, y a pesar de que cada vez es más común pedir para llevar lo que ha sobrado en la mesa, todavía el 10 % de ambos grupos de edad reconoce que no pide un tupper por vergüenza.
Otro punto en el que coinciden es en el precio que estarían dispuestos a pagar por una alimentación más sostenible en la restauración. Más del 40 % de ambos grupos aceptaría y asumiría pagar más en un establecimiento si los platos o alimentos que degusta son más respetuosos con el planeta. Por el contrario, el 55 % restante cree que no debería repercutir en su bolsillo.