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La profesora de la UCAV Dr. Alexandra Díez propone la utilización de probióticos en lugar de fertilizantes químicos para promover un impacto positivo en el planeta y la salud humana, explicando cómo estos pueden beneficiar a las plantas y al medio ambiente en general.
Lainvestigadora de la UCAV defiende el uso de alternativas sostenibles a los fertilizantes químicos como los probióticos de plantas, que conseguirán mejorar la producción, así como sus características organolépticas. Esto beneficiará, por un lado, al planeta, ya que se evitará el uso de fertilizantes con lo que se reducirán las emisiones gases de efecto invernadero, que a su vez desencadena el cambio climático; y, además, mejorará el valor nutricional de los productos con un impacto positivo en la salud humana.
Estos microorganismos beneficiosos ayudan a promover un suelo saludable, aumentan la disponibilidad de nutrientes para las plantas y fortalecen su sistema inmunológico. Como resultado, las plantas se vuelven más resistentes a las enfermedades y a las plagas, lo que puede conducir a un aumento en la productividad de los huertos.
Otro beneficio importante es el impacto positivo en la salud humana. Al mejorar el valor nutricional de los productos cultivados con probióticos, se pueden obtener alimentos más saludables y nutritivos. Los microorganismos beneficiosos presentes en los probióticos también pueden tener efectos positivos en la salud intestinal y el sistema inmunológico de las personas que consumen estos alimentos, lo que puede contribuir a una mejor salud en general de la población.
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, pueden proporcionar beneficios para la salud de las plantas. Estos microorganismos beneficiosos ayudan a mejorar la estructura del suelo, aumentar la disponibilidad de nutrientes para las plantas y fortalecer su sistema inmunológico. Al hacerlo, las plantas se vuelven más resistentes a las enfermedades y los ataques de plagas.
En contraste, los fertilizantes químicos convencionales suelen contener altas cantidades de nitrógeno, fósforo y potasio, que pueden tener efectos negativos en el medio ambiente. Estos fertilizantes pueden causar la eutrofización de los cuerpos de agua, dañando los ecosistemas acuáticos. Además, su producción y uso contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero y al consumo de energía.
El uso de fertilizantes químicos es responsable de diversos impactos medioambientales y en la salud pública. Por ello, desde las instituciones se centran en buscar alternativas sostenibles. Los probióticos bacterianos o promotores del crecimiento vegetal actúan eficazmente mediante diversos mecanismos como biofertilizantes, biopesticidas o bioestimulantes. Cada vez más, estos productos tienen un gran impacto económico, con una amplia gama orientados tanto al gran agricultor como para huertos caseros, mejorando las características organolépticas de los cultivos.