Empresas Premium
El Servicio de Nutrición de los hospitales Quirónsalud Infanta Luisa y Quirónsalud Sagrado Corazón, en Sevilla, estima un tiempo medio de entre tres y cinco semanas para autorregular el organismo tras los excesos del verano, toda vez que se recuperen los hábitos saludables y una vida activa, sin necesidad de llevarlo “al límite” con dietas muy estrictas y restrictivas.
“Si todo va en orden, y no existen muchas regresiones, en 3-5 semanas debe estar todo en orden, siempre dependiendo del daño del que partamos”, precisa la nutricionista de los hospitales Quirónsalud Infanta Luisa y Quirónsalud Sagrado Corazón, Inés Martín Pila, quien aconseja, para ello, alimentos ricos en agua y fibra, tales como frutas y verduras de temporada, preferiblemente en su versión cruda, en el caso de las verduras, y con piel, en el caso de las frutas.
En cuanto a la retención de líquidos propia del verano, la nutricionista recomienda recuperar el hábito de calmar la sed con agua como bebida principal, seguido de la actividad física combinando ejercicios de fuerza con una vida activa, así como algunas frutas y verduras como la piña, alcachofas, espárragos, entre otros; si bien destaca que “es incluso más importante” reducir el consumo de los productos que nos hacen retener más líquidos tales como todos los snack salados, embutidos, salazones, frutos secos fritos y salados o bebidas alcohólicas como la cerveza, que aunque dan una “falsa sensación de saciar la sed realmente no es una bebida hidratante”.
La nutricionista de los hospitales Quirónsalud Infanta Luisa y Quirónsalud Sagrado Corazón indica la importancia de “no saltarse el desayuno” como primera toma del día, independientemente de la hora, pero “cuando aún tengamos un hambre controlable, es decir, que no nos llegue a comer más cantidad de la realmente necesaria”. “Lo ideal sería algo de fruta, un lácteo como yogur o leche o incluso alguna bebida vegetal de calidad”, señala la especialista.
Por último, sobre las llamadas dietas détox, subraya que “no se puede lanzar una recomendación general sobre este tema, puedo que depende según para quién”. A su juicio, “es una estrategia que debe estar muy bien planteada y que no se adapta a todos los pacientes”. “Si llamamos détox a comer bien, de manera organizada, siguiendo un patrón de alimentación equilibrado, sin pasar hambre real, evitando los productos más superfluos, adelante; todos directos al plan détox”, pero si, por el contrario, “llamamos medidas détox a pasar hambre, estar largos periodos de tiempo sin ingesta alguna con la finalidad de recortar energía de la dieta, llevando a cabo conductas compensatorias, dietas monótonas, aburridas y muy muy restrictivas, olvidémonos del détox, no nos traerá ningún beneficio”, concluye Inés Martín Pila.