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“Cuando hablamos de huesos sanos, nuestra cabeza se detiene a pensar únicamente en el calcio; sin embargo, la vitamina D es uno de los nutrientes más importantes para la salud ósea, ya que desempeña un papel fundamental precisamente en la absorción intestinal del calcio y el fósforo, dos minerales esenciales para la formación normal de los huesos”, comenta Ana Ortiz, gerente del Área de Salud de Farmasierra.
Por este motivo, la experta asegura que es fundamental mantener los niveles de vitamina D en condiciones óptimas, especialmente si la persona supera los 50 años o padece alguna afección ósea como la osteoporosis, ya que la correcta ingesta de esta vitamina podría prevenir o desacelerar la disminución de la masa ósea, mientras que su déficit, podría agravar las consecuencias provocadas por la misma enfermedad o el envejecimiento. A su vez, Ortiz, evidencia el vínculo existente entre la edad, la deficiencia de esta vitamina y la osteoporosis explicando que “entre las personas que tienen mayor riesgo de sufrir este déficit, se encuentran los adultos mayores, quienes a su vez representan el porcentaje más propenso a padecer osteoporosis debido al envejecimiento”.
Esta vitamina liposoluble se puede obtener naturalmente de dos maneras: a través de la incidencia de la luz solar sobre la piel o a través de una dieta rica en alimentos que contengan vitamina D (pescados grasos) o que hayan sido suplementados por ella (huevos, la mantequilla, margarina, entre otros). Sin embargo, cuando el aporte de forma natural es insuficiente, suele recomendarse una tercera opción, la suplementación con vitamina D3 o colecalciferol.
Esta molécula se utiliza habitualmente para tratar la carencia de vitamina D y, a su vez, las patologías musculoesqueléticas asociadas, especialmente la osteoporosis. Con respecto a la dosificación, la ejecutiva del área de Salud del laboratorio explica que la dosis de suplementación no es la misma para todo el mundo. La dosis de suplementación dependerá de la edad, del estado de salud de la persona y sobre todo de su objetivo, ya que no es la misma dosis para mantener estables los niveles de vitamina D que para tratar una deficiencia.