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La vitamina D, la microbiota y la dieta mediterránea han estado en el centro de la investigación reciente debido a su potencial para mantener la salud en general. Un estudio reciente liderado por investigadores del grupo “Obesidad, diabetes y sus comorbilidades: prevención y tratamiento”, del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y Plataforma en Nanomedicina (IBIMA Plataforma Bionand), que pertenecen al Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn).
El estudio se ha centrado en la posible relación entre la dieta mediterránea y la microbiota intestinal, a través de cambios en los niveles de vitamina D. Este grupo de investigación está liderado por el director científico de IBIMA Plataforma Bionand, Francisco J. Tinahones.
En esta investigación, se estudió a 91 pacientes con obesidad y síndrome metabólico, divididos en dos grupos según sus niveles séricos de vitamina D pre-intervención, teniendo a pacientes en niveles óptimos o bajos. Posteriormente, se analizó el perfil de la microbiota intestinal mediante la secuenciación del ARN ribosomal 16S. Se observaron diferencias entre las poblaciones microbianas de ambos grupos, especialmente en la abundancia de géneros tan importantes como Bacteroides o Prevotella. Sin embargo, el dato más llamativo fue que la biodiversidad bacteriana, un marcador de salud de la microbiota, era menor en los voluntarios con niveles de vitamina D bajos. Estos cambios también se vieron en la diferente funcionalidad metabólica de la microbiota de ambos grupos.
En la segunda parte del estudio, los participantes siguieron una dieta mediterránea hipocalórica y realizaron cambios en su estilo de vida durante un año, tras lo que se volvió a evaluar su estado de salud y su microbiota intestinal. Tras un año de seguimiento en este tipo de dieta, ambos grupos aumentaron sus niveles de vitamina D. El grupo con niveles bajos de vitamina D mostró una mejora notable en su diversidad, desapareciendo las diferencias con el grupo con los niveles de vitamina D óptimos, lo que indica el éxito de la intervención particularmente en este grupo de individuos.
Además, se observaron cambios en las poblaciones bacterianas de ambos grupos, aunque no difirieron significativamente entre los grupos, indicando que la dieta habría homogeneizado estas poblaciones. El análisis de vías metabólicas también fue en el mismo sentido.