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El frenazo de la ola plant-based, junto con la pérdida de inercia en la tendencia, son dos de las cuestiones principales que ponen sobre la mesa el futuro de la categoría, con una urgente necesidad de realizar cambios estructurales y de planteamiento para volver a impulsar su crecimiento.
Esta cuestión se debatió durante The Green Revolution Day, un evento organizado por la consultora Lantern, para presentar la cuarta edición del informe The Green Revolution. En la mesa redonda, titulada “2035, imaginando el futuro de la industria”, se plantearon los retos a los que se enfrenta el sector de cara a la próxima década.
La tendencia veggie es uno de los mayores movimientos que ha sufrido el sistema alimentario desde la industrialización y el surgimiento de las marcas. Sin embargo, su implementación avanza a diferentes velocidades, dependiendo de la zona geográfica y los intereses nacionales.
Estas diferencias se dan, principalmente, a nivel regulatorio, donde hay grandes discrepancias entre países en cuanto a la aprobación de la comercialización de nuevos productos y tecnologías. En España, la regulación es el talón de Aquiles para seguir impulsando el futuro de la industria plant-based, se señaló en el encuentro.
Esta situación ha provocado que la inversión haya tenido un fuerte impacto en el sector plant-based en términos nacionales. Aunque a nivel global las inversiones en proteínas alternativas cayeron un 42 % en el 2022, actualmente, el mercado y las marcas están apostando masivamente por las tecnologías de fermentación de precisión o el cultivo celular, en menor rango. La opción de invertir en productos plant-based tradicionales se ha visto desplazada por estas nuevas tecnologías que buscan desarrollar alternativas a las proteínas, aunque no necesariamente desde una base vegetal.
En términos tecnológicos, en los últimos dos años, el mercado de productos plant-based no ha parado de trabajar para desarrollar otras tecnologías y aplicaciones. La fermentación tradicional ha estado presente desde hace siglos en nuestra alimentación y es un proceso que sigue siendo relevante en el desarrollo de alternativas a las proteínas tradicionales. En este sentido, paralelamente, la fermentación de biomasa y de precisión se están haciendo mayor eco en la industria, siendo la tecnología más desarrollada en este sector.
Otro de los grandes hitos de la tecnología, aunque sí en menor medida, ha sido el cultivo en el mercado de las carnes desarrolladas en laboratorio o carne a partir de células cultivadas (cell-cultivated meat). En términos europeos, el proceso de aprobación de carne cultivada implica una evaluación de riesgos por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y se trata de un proceso arduo y largo para su autorización. Sin embargo, esta tecnología continúa estando todavía en desarrollo y aún le queda camino por recorrer para lograr ser una parte relevante del mercado de proteínas alternativas.