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La alimentación sostenible emerge como una poderosa herramienta para combatir la crisis climática, ya que el modelo alimentario actual es responsable de entre el 21% y el 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Encuesta realizada por Fesnad.
El Día Nacional de la Nutrición (DNN) se ha celebrado esta semana. Una jornada para reflexionar sobre la importancia de la alimentación en nuestras vidas y su impacto en la salud y el medio ambiente. Bajo el lema "Alimentación sostenible es vida", este año la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad), quiso destacar la urgente necesidad de transitar hacia un sistema alimentario más justo, saludable y respetuoso con el planeta.
La alimentación es un pilar fundamental que une a culturas y naciones en un objetivo común: garantizar la salud y el bienestar de las personas. Sin embargo, según el profesor Gregorio Varela-Moreiras, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU-San Pablo y presidente de la Fesnad, “nos enfrentamos a desafíos significativos, con millones de personas en el mundo sufriendo de desnutrición y obesidad. En España, más de la mitad de la población adulta está afectada por la obesidad, mientras que medio millón de niños experimentan algún tipo de malnutrición. Es evidente que se necesita un cambio urgente en nuestro sistema alimentario”.
La alimentación sostenible emerge como una poderosa herramienta para combatir la crisis climática, ya que el modelo alimentario actual es responsable de entre el 21 y el 37 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, según la FAO, un sistema alimentario sostenible contribuye a erradicar la malnutrición, promover la salud y el bienestar, garantizar el acceso a alimentos de calidad, y conservar los ecosistemas naturales.
El profesor Antonio Villarino, catedrático en la Facultad de Enfermería y profesor del Grado de Nutrición de la Facultad de Medicina (UCM) y Tesorero de la Fesnad, enfantizó que "la sostenibilidad alimentaria es una cuestión de vital importancia para el futuro de nuestras sociedades. Debemos adoptar hábitos alimenticios que respeten el medio ambiente y promuevan la salud humana".
En la misma línea el profesor Varela-Moreiras añadió que "la educación a la población es algo fundamental. Debemos concienciar a las personas sobre los beneficios de una alimentación sostenible ya que esto, no solo tiene un impacto positivo en nuestra salud, sino que también contribuye a la preservación del medio ambiente y al bienestar de las generaciones futuras".
La profesora María Rosaura Leis, catedrática de Pediatría en la Universidad de Santiago de Compostela y vicepresidenta de la FESNAD, señaló al respecto que “la alimentación sostenible es clave para garantizar un futuro saludable para nuestros niños y niñas. Una mayor salud y calidad de vida en la edad adulta precisa de una programación metabólica saludable en los primeros años de vida, para lo que la promoción de las dietas tradicionales, atlántica y mediterránea ya desde ese momento, es fundamental”. Además, ha continuado, “las dietas Atlántica y Mediterránea son saludables para el individuo y sostenibles para el medio ambiente, con una baja huella de carbono y huella hídrica. Su promoción desde las escuelas infantiles, comedores escolares y comedores colectivos es crucial para la educación nutricional a lo largo de todo el ciclo vital”.
En España, se han llevado a cabo diversas iniciativas para promover una alimentación más sostenible, desde campañas de sensibilización hasta la promoción de la Dieta Mediterránea como un modelo ejemplar de alimentación saludable y respetuosa con el medio ambiente. La certificación AENOR Desperdicio Alimentario Cero reconoce a las empresas que implementan medidas efectivas para reducir el desperdicio de alimentos, demostrando su compromiso con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente.
"En este Día Nacional de la Nutrición, instamos a la población a reflexionar sobre el impacto que tienen sus elecciones alimentarias. Optar por alimentos locales, de temporada y producidos de forma sostenible es una forma concreta de contribuir al cuidado del planeta y al bienestar de todos", ha destacado la profesora Mercedes López-Pardo, enfermera Educadora en nutrición y dietética de la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y secretaria científica de la Fesnad.
Según la doctora Yvonne Colomer, directora ejecutiva de la Fundación Triptolemos y Co-Chair de la Cátedra Unesco ‘Ciencia e Innovación para el Desarrollo Sostenible: Producción Global de Alimentos y Seguridad Alimentaria’, “la sostenibilidad alimentaria solo se conseguirá si se aborda como un sistema de múltiples factores interrelacionados que han de estar en equilibrio en base a la ciencia y la innovación y que la Fundación Triptolemos estructura en cuatro ejes (economía; producción y disponibilidad; legislación; y cultura). Sin sostenibilidad tenderemos hacia un doble sistema alimentario: para ricos y para pobres.”
Por otro lado, “las noticias falsas y las desinformaciones crean confusión y condicionan el comportamiento alimentario, muchas veces en contradicción con la ciencia demostrada. Tenemos muchos ejemplos, entre ellos la paradoja de los alimentos “ultra-procesados”, por un lado, no existe legislación, ni una definición objetiva y rigurosa, y por otro, su uso está muy extendido en la sociedad”, ha concluido.
Según los resultados de una encuesta muy reciente realizada por la Fesnad para conocer la opinión de la población sobre alimentación sostenible, el 80% de los encuestados está convencido de que sus elecciones alimentarias pueden tener un impacto significativo en el medio ambiente, lo que “destaca la creciente conciencia y el interés por adoptar prácticas alimentarias que beneficien tanto a la salud personal como al medio ambiente”, ha explicado Ascensión Marcos, profesora de Investigación en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) (CSIC) y vocal de la FESNAD.
Un abrumador 91% considera que la alimentación sostenible mejora la salud y protege el medio ambiente, sin embargo, sólo el 42% reconoce seguir este tipo de alimentación. El coste adicional asociado con la compra de alimentos orgánicos y sostenibles es el mayor desafío (41%), seguido por la disponibilidad y accesibilidad de estos alimentos (28%). El tiempo requerido (13%) y los hábitos alimentarios arraigados (18%) también son barreras importantes.
Las principales dificultades incluyen la falta de disponibilidad de opciones sostenibles (47%), la falta de información clara en las etiquetas (19%), y el precio elevado de los alimentos sostenibles (12%). Un 12% señala la falta de información sobre cómo llevar una alimentación sostenible, y un 10% no tiene claro cuándo un producto es sostenible.
Para promover una alimentación más sostenible, un 40% de los encuestados sugiere campañas de concienciación y educación alimentaria, un 36% pide colaboración entre empresas y organizaciones, y un 24% cree en incentivos gubernamentales para productores y consumidores.
Respecto al rol de instituciones y empresas, el 63% cree que las instituciones deberían implementar políticas que fomenten la producción y el consumo de alimentos sostenibles, mientras que un 29% opina que las empresas deberían ofrecer más opciones sostenibles y ser transparentes sobre sus productos. Un 8% no tiene una opinión clara al respecto.
En definitiva, unos datos que indican una clara tendencia hacia una mayor conciencia y preferencia por prácticas alimentarias sostenibles, destacando tanto las barreras como las oportunidades para fomentar hábitos más saludables y respetuosos con el medio ambiente.