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La rosa mosqueta es conocida como componente de cremas y aceites destinados al cuidado de la piel y al tratamiento de cicatrices, manchas o quemaduras. Sin embargo, suelen pasar desapercibidos algunos de sus beneficios más importantes, como sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Esta planta de uso medicinal es una fuente natural de vitaminas A, B3, B9, C (en concentraciones mucho más altas que en los cítricos), D y E. Además, es rica en flavonoides, carotenoides, galactolípidos, magnesio y otros fitoquímicos, que la convierten en un importante aliado para prevenir y combatir el dolor articular y reducir el consumo de analgésicos.
Diversos estudios sitúan el polvo de rosa mosqueta como un elemento natural fundamental para evitar y mejorar problemas de articulaciones causados por la edad, el sobrepeso, el ejercicio físico o la vida sedentaria, así como por dolencias concretas. En esta línea, varios ensayos clínicos [1] realizados en pacientes con artrosis y artritis reumatoide han dado como resultado mejoras de movilidad y reducción del dolor.
De hecho, más de un 40% de los pacientes con problemas articulares inflamatorios que participaron en estos estudios [2] fueron capaces de reducir el uso de analgésicos y antiinflamatorios al complementar su dieta con polvo de rosa mosqueta.
Prevenir la aparición de dolencias degenerativas o crónicas como la osteoartritis y la artritis reumatoide es crucial a partir de los 35-40 años, edad en la que las articulaciones comienzan a resentirse y precisan de cuidados concretos que ayuden a su mantenimiento y resistencia, sobre todo en rodillas, caderas y manos, que son las que más sufren el paso del tiempo.
El polvo de rosa mosqueta evita que un excesivo número de células inflamatorias penetren en la articulación y crea una barrera, reduciendo así la inflamación y el dolor articular. Así, de forma natural y en pocos meses, incluir en nuestra dieta el polvo de rosa mosqueta reduce el dolor articular, mejora la movilidad y la flexibilidad y contribuye a la formación natural de colágeno, ya que la vitamina C presente en la planta activa la síntesis endógena del colágeno y ayuda a que se ensamble en los tejidos, con lo que evita el desgaste del cartílago.