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La suplementación con zinc, preferiblemente en forma de Bisglicinato de Zinc (ProAge by LFL) por su alta biodisponibilidad y tolerabilidad, es una opción óptima para aquellos que buscan prolongar la duración del efecto del Botox y mejorar su apariencia facial.
El zinc es un oligoelemento esencial que desencadena una variedad de funciones en el cuerpo humano, desde el fortalecimiento del sistema inmunológico hasta la cicatrización de heridas y el metabolismo de los carbohidratos. Sin embargo, la investigación reciente sugiere que la deficiencia de zinc podría afectar incluso a tratamientos médicos estéticos como el uso de toxina botulínica, comúnmente conocida como botox, aseguran desde ProAge by LFL.
Además de su impacto en la duración del botox, la deficiencia de zinc puede estar asociada con una serie de otros problemas de salud, como la caída del cabello, trastornos de la piel, anemia y falta de energía. Por lo tanto, mantener niveles adecuados de zinc en el cuerpo es esencial para garantizar una respuesta óptima al tratamiento con Botox y para promover la salud general.