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El Omega 7, conocido como el ´hermano menor´ del conjunto de ácidos grasos, aporta elasticidad, hidratación y una buena condición general para la piel y el rostro.
No se trata sólo de las arrugas o de la caída facial, sino del estado general, de elasticidad, la tersura y el brillo. Estas tres características son propias de una piel en óptimo estado y reflejan buena salud en quien la luce.
¿Se debe resignar la mujer a la pérdida de esas cualidades en su rostro cuando llega la menopausia? La respuesta, que llega desde el equipo de nutrición de Neolife, es no. Y es que, durante este periodo, la combinación de la terapia de reemplazo hormonal con el ejercicio y la dieta es la base de un estado saludable interno que se refleja en el exterior.
La edad media en la que comienzan a presentarse ciclos irregulares de menstruación es entre los 45 y los 55 años, aunque, como es sabido, ninguna mujer es igual a otra y este abanico puede ampliarse por delante y por detrás.
Para evitar que ese declive hormonal se refleje en nuestro rostro no basta con el empleo de cremas, advierten estos profesionales de la medicina antiage. Por supuesto que la hidratación resulta fundamental, pero no sólo en cuanto a la aplicación de productos cosméticos. Beber agua, también, claro, pero, y esta clave es la de mayor peso: se debe mantener a lo largo del tiempo una dieta específica.
Un plan de alimentación sencillo ya accesible
El planteamiento que ofrece desde estos centros Estefanía Álvarez es accesible y sencillo de poner en la práctica. El primero de los pasos para llevarlo a cabo tiene nombre de antioxidantes, en concreto el Omega 7, el resveratrol y las vitaminas A, E y C. Mantener los niveles óptimos durante la menopausia no es difícil si se estudia su presencia en los alimentos y, en caso de dietas pobres en los mismos o necesidades extras, se recurre a la suplementación.
El Omega 7 es ´el hermano´ menos conocido del Omega 3 y el Omega 6. Sus efectos son muy positivos para el control del colesterol, la glucosa y los procesos inflamatorios. En lo que respecta al tema que nos ocupa, la piel, ayuda a mantener la hidratación y la elasticidad, de ahí que se emplee en la producción de productos dermatológicos. Se lleva en la cesta de la compra si se adquieren nueces de Macadamia, pescado azul, lácteos, huevo, aguacates y aceite de oliva.
El resveratrol se ha convertido, por otro lado, en una estrella del antiage por su papel en la protección con los radicales libres, moléculas inestables que pueden dañar nuestro organismo. Se trata de un compuesto polifenólico, es decir, un metabolito secundario de algunos tipos de plantas, como el eucaliptus, el ginseng, la mandarina, el limón o la uva. Se halla, por lo tanto, en estos productos, pero también en los arándanos, las frambuesas, las moras y el café.
En cuanto a las vitaminas, se conocen los efectos antioxidantes de la C. El pimiento rojo, la col rizada, el repollo o el brócoli la contienen, por lo que se pueden alternar estas verduras con frutas típicas, como los cítricos, a la hora de diseñar un plan de alimentación.
La vitamina A se encuentra en las verduras de hoja verde, pero también las amarillas, como el pimiento de este color, el albaricoque, el mango, la patata o el melón. La E está presente en las almendras, el salmón y los espárragos.
En este recorrido por los nutrientes esenciales para una piel cuidada en la menopausia, ya se han mencionado algunos alimentos que la nutricionista de Neolife incluye en la obtención de ácidos grasos de buena calidad, el segundo paso a considerar. Se han citado el salmón, el aguacate, las nueces y otros frutos secos. Contienen ácido linoleico, que, según explica la experta, se ocupa de reforzar la barrera de la piel que protege de irritaciones y otras agresiones externas, además de mejorar el flujo sanguíneo, con el resultado de una mayor luminosidad. Algunos aceites y cremas con rosa mosqueta presentan estas propiedades.
Proteína en las tres comidas principales
Por último, la proteína cuida también de la piel, por lo que esta nutricionista aconseja que forme parte del desayuno, la comida y la cena. Con el huevo complementando algunos platos puede solucionarse el problema de equilibrar este nutriente sin ganar en grasa. La proteína de alto valor biológico se encuentra también en la carne blanca, pollos y pavos, y en la roja, aunque esta última es prudente consumirla con moderación.
El cuidado de la piel comienza pues por la boca, con un plan de alimentación sencillo y sano. Sin embargo, cada persona requiere unas pautas individualizadas, según estado físico y presencia de distintas patologías. En ese caso, la recomendación es siempre ponerse en manos de un profesional que pueda prescribir unas pautas y que éstas se integren, sobre todo durante la menopausia, en un cuidado específico basado en la restitución de las hormonas perdidas.